Error común: por qué mojar el lomo de tu perro puede aumentar su sensación de calor

Mojar el lomo de tu perro con agua en días calurosos puede ser contraproducente, ya que el agua queda atrapada en el pelaje, generando un efecto lupa bajo el sol que eleva su temperatura corporal. Expertos recomiendan enfocar el enfriamiento en zonas estratégicas como el vientre y las patas.

Con la llegada de las altas temperaturas, muchos dueños de mascotas buscan maneras rápidas de aliviar el calor de sus compañeros caninos durante los paseos, siendo un hábito frecuente mojar el lomo de su perro con agua. No obstante, esta práctica, que se realiza con la mejor de las intenciones, puede ser un grave error que, lejos de refrescar, podría aumentar la sensación térmica del animal e incluso poner en riesgo su salud, según advierten expertos en adiestramiento y bienestar canino.

El efecto lupa: por qué el agua en el lomo es un riesgo

El problema de mojar la espalda de los perros radica en la forma en que el agua interactúa con su pelaje, especialmente en razas con doble capa de pelo (como el Husky o el Caniche). El creador de contenido @adiestramiento_n.humedas, especializado en rehabilitación canina, explica que la clave está en la termorregulación específica de cada animal.

El error más común en los días calurosos es asumir que mojar la espalda refrescará al perro de manera uniforme. Sin embargo, el experto señala que esta acción puede tener el efecto contrario, atrapando el agua en la capa interna del pelaje.

«El agua queda atrapada en la capa interna del pelaje y, al recibir el sol, genera un sobrecalentamiento«, explica el adiestrador.

Esta humedad retenida, al recibir directamente la radiación solar, actúa como una lupa, elevando la temperatura corporal del perro en lugar de reducirla, un riesgo que puede derivar en un golpe de calor. Comprender el funcionamiento del pelaje de cada raza es, por lo tanto, fundamental para no perjudicar a la mascota con buenas intenciones.

Termorregulación canina: la importancia del vientre y las patas

Para refrescar a un perro de forma segura y eficiente, la clave es evitar la espalda y concentrarse en las zonas donde el calor se disipa con mayor facilidad. Estas áreas anatómicas están diseñadas para facilitar el enfriamiento natural del animal.

El experto recomienda encarecidamente humedecer:

  1. El vientre: Esta zona suele tener menos pelo, lo que permite que el agua entre en contacto directo con la piel.
  2. Las patas: Al estar más cerca de los vasos sanguíneos y contar con glándulas sudoríparas (principalmente en las almohadillas), mojar las patas facilita el intercambio de calor y la disminución de la temperatura interna.

Al centrar el enfriamiento en estas áreas específicas, se logra un proceso de refrigeración más rápido y seguro, sin el riesgo de generar el efecto invernadero o lupa que ocurre cuando se moja el lomo bajo el sol intenso.

Conciencia y acción en la rutina de paseo

La recomendación del experto es una advertencia importante para la temporada de calor: a menudo, un gesto de cuidado puede convertirse en un peligro si no se comprende la fisiología canina. Mojar el lomo de tu perro es una práctica que debe ser sustituida por la humectación del vientre y las patas.

Adoptar este conocimiento y actuar en consecuencia marca una diferencia crucial para el bienestar de la mascota, garantizando que los paseos durante las altas temperaturas sean momentos de ejercicio y exploración seguros, en lugar de una exposición innecesaria al riesgo de sobrecalentamiento y golpe de calor.