Estados Unidos y fondos de inversión: la amenaza geopolítica sobre la energía nuclear argentina

El científico Diego Hurtado expuso en el Senado que el plan nuclear argentino está bajo la mira de Estados Unidos y capitales extranjeros. Reveló acuerdos que buscan el acceso a uranio y litio, alertando sobre la estrategia de desguace del sector y la preocupación por la fuga de profesionales del CONEA.

El doctor en física e investigador principal del Conicet, Diego Hurtado, encendió las alarmas en el Senado de la Nación al exponer sobre las presiones geopolíticas y los movimientos de capital extranjero que, a su juicio, buscan desmantelar el sistema nuclear argentino para hacerse con sus recursos estratégicos. La presentación tuvo lugar en una reunión informativa de las comisiones de Minería y Ciencia y Tecnología, convocada para debatir proyectos que buscan declarar al sistema nuclear nacional como un bien estratégico y no enajenable.

Hurtado advirtió que la política energética del gobierno actual está transformando el sector, históricamente de desarrollo estatal y autónomo, en un «brazo de la política financiera». El científico citó información de la prensa norteamericana y documentos oficiales que sugieren que la entrega de áreas clave del sector nuclear y de minerales críticos a intereses estadounidenses ya está en marcha.

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La letra chica de la entrega: uranio, litio y el memorándum con EE. UU.

El investigador reveló que la intención de Estados Unidos y los fondos de inversión se centra en obtener acceso directo al uranio y al litio argentinos. Citas de la prensa, como el New York Times, indican que durante las negociaciones de apoyo económico a la Argentina, funcionarios estadounidenses han estado «presionando a Argentina» y «buscando acceso a los suministros de uranio y litio».

El punto más crítico señalado por Hurtado es el memorándum de «Cooperación para la gobernanza, la inversión y seguridad de las cadenas de suministro a nivel global» firmado entre Argentina y Estados Unidos. Este acuerdo obliga al gobierno argentino a proporcionar información a Washington sobre potenciales licitaciones y proyectos tan pronto como esté disponible.

«Más solícitos y lacayos no se consigue. La verdad que es una vergüenza leer estas cosas,» declaró Hurtado, al criticar la celeridad con la que el país debe informar a empresas estadounidenses y sus aliados sobre oportunidades de inversión.

Además, Hurtado lamentó que este alineamiento ubica a Argentina en un foro de países junto a la República Democrática del Congo, Perú, Serbia y Zambia, naciones caracterizadas por ser proveedoras de materias primas. En sus palabras, los defensores de esta política están «eligiendo el lugar de la Argentina. En la última línea del subdesarrollo global».

Desmantelamiento silencioso y la fuga de cerebros

El doctor en física criticó el accionar del Gobierno y la ausencia de funcionarios clave en el Senado, señalando que «no pueden dar cuenta de lo que están haciendo, por eso es que no dan la cara». Se refirió a la ausencia del presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y del titular de Nucleoeléctrica S.A.

Hurtado rememoró los años noventa, una época de desmantelamiento del sector nuclear, y advirtió que el país está reviviendo ese proceso.

«Hoy estamos de nuevo perdiendo lo que logramos entre 2003 y 2023, con algunos altibajos.»

Esta pérdida no es solo de infraestructura, sino de capital humano. El científico alertó que la CNEA está sufriendo una preocupante fuga de profesionales: alrededor de 30 expertos se van por mes, ya sea renunciando o pidiendo licencia sin goce de sueldo debido a los bajos salarios (el 80-85% está debajo de la línea de pobreza). Esta situación amenaza la sostenibilidad del desarrollo autónomo en el país.

El modelo de negocios: de Vaca Muerta al datacenter en la Patagonia

El investigador confrontó la visión de la secretaria de Energía, María Tettamanti, quien afirmó que la reforma del sector eléctrico busca el equilibrio fiscal. Hurtado respondió con ironía, señalando que mientras el mundo habla de seguridad y equidad energética, el gobierno argentino está transformando la política energética en un «brazo de la política financiera, de la timba con el dólar».

Hurtado defendió el papel del Estado en el desarrollo de la infraestructura crítica, ejemplificando con el gasoducto de Vaca Muerta. «Uno podría pensar que el gasoducto… fue hecho por las fuerzas de mercado. No, fue el intervencionismo estatal. Si no hubiera sido por el Estado, no se podría sacar de Vaca Muerta el gas», afirmó, destacando que el sector privado raramente invierte en infraestructura de transmisión o transporte.

Finalmente, el científico vinculó el interés por la energía y los recursos críticos con grandes proyectos tecnológicos, como la iniciativa del CEO de OpenAI, Sam Altman, para instalar un megacentro de datos en la Patagonia (Startgate Argentina), enmarcado en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece amplios beneficios fiscales y aduaneros por 30 años. Este proyecto, según Hurtado, es una manifestación más de cómo los recursos energéticos y el territorio son el objetivo de la estrategia geopolítica y de negocios de las grandes corporaciones internacionales.

El intento de dar dictamen favorable a los proyectos de ley que protegen el sistema nuclear fue malogrado en la reunión por la ausencia de un grupo de senadores, lo que Hurtado interpretó como un «mensaje político» de desinterés, advirtiendo que sus nombres «van a quedar en la historia, va a ser una vergüenza para sus familias, para sus descendencias».