Perros y asma infantil: La exposición temprana a caninos reduce el riesgo en bebés, pero los gatos no ofrecen protección
Un estudio canadiense crucial revela que la exposición temprana a alérgenos de perros reduce el riesgo de desarrollar asma en bebés en casi un 50%, un beneficio que no se observa con los gatos.

El asma infantil es una de las enfermedades respiratorias crónicas más prevalentes en los primeros años de vida, y los factores ambientales en el hogar tienen un peso significativo en su desarrollo. Una nueva e importante investigación, presentada por el Hospital para Niños Enfermos (SickKids) de Toronto, Canadá, en el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea, ha arrojado luz sobre el papel protector de las mascotas. El hallazgo clave es que la convivencia temprana con perros y asma infantil se relaciona de forma inversa: la exposición a alérgenos caninos durante la primera infancia reduce drásticamente el riesgo de desarrollar la enfermedad respiratoria. Curiosamente, este efecto protector no se observa en hogares con gatos.
Investigación exhaustiva con más de mil niños
El estudio se basó en el análisis de una cohorte de 1.050 niños participantes en el estudio canadiense Child. La metodología fue rigurosa: cuando los bebés tenían entre tres y cuatro meses, los investigadores recolectaron muestras de polvo en sus hogares para cuantificar la presencia de tres elementos clave:
- Can f1: La proteína alergénica presente en la piel y saliva de los perros.
- Fel d1: La proteína alergénica presente en la piel y saliva de los gatos.
- Endotoxina: Una molécula bacteriana comúnmente encontrada en el polvo doméstico.
Posteriormente, al cumplir los cinco años, los niños fueron sometidos a evaluaciones especializadas, incluyendo mediciones de su función pulmonar (Volumen Espiratorio Forzado en un segundo, VEF1) y un análisis clínico y genético para determinar su riesgo de asma infantil.
La clave está en Can f1: El poderoso efecto protector del perro
Los resultados de la investigación fueron contundentes y establecieron una clara diferencia entre las mascotas domésticas. Los bebés que estuvieron expuestos a niveles más altos del alérgeno Can f1 (la proteína de los perros) mostraron una clara ventaja sanitaria: un 48% menos de riesgo de desarrollar asma en comparación con los niños de hogares con menor exposición. Además, estos niños también exhibieron una mejor función pulmonar a los cinco años.
Este efecto protector se magnificó en los niños con una predisposición genética conocida a sufrir problemas respiratorios, sugiriendo que la exposición canina podría actuar como un potente amortiguador biológico en sujetos vulnerables.
Gatos y endotoxinas: Ausencia de protección
En contraste con el rol beneficioso de los perros, el estudio determinó que la exposición temprana a los alérgenos de gatos (Fel d1) o a la endotoxina bacteriana no tuvo un impacto significativo ni protector sobre el riesgo de desarrollar asma infantil o en la mejora de la función pulmonar. Esta distinción es crucial y obliga a los investigadores a centrarse en las particularidades moleculares y biológicas del alérgeno canino.
¿Por qué los perros protegen del asma? La hipótesis inmunológica
Los investigadores de SickKids postulan que la exposición temprana a los alérgenos de perros podría no solo evitar una respuesta alérgica, sino que activaría mecanismos biológicos de prevención. La hipótesis principal es que esta exposición temprana ayuda a «entrenar» o modular el sistema inmunológico. Esto podría lograrse a través de:
- Cambios en el microbioma nasal: La composición de la flora bacteriana en la nariz, influenciada por el perro, podría estar generando una respuesta inmune más equilibrada.
- Modulación de la respuesta inmunitaria: La exposición temprana a Can f1 podría desviar la respuesta inmune hacia un perfil no alérgico, disminuyendo la sensibilización y la inflamación de las vías aéreas.
Esta línea de investigación sugiere que los perros no solo son compañía, sino poderosos agentes ambientales que afectan positivamente el desarrollo pulmonar e inmunológico del bebé.
Implicaciones para las familias y la visión a largo plazo
Aunque los hallazgos son prometedores y sugieren que la convivencia con perros puede ser una medida preventiva natural contra el asma infantil, los autores del estudio son cautelosos. Han enfatizado que es fundamental continuar la investigación para desentrañar completamente los mecanismos de acción y asegurar que el impacto positivo se mantenga a largo plazo. No obstante, este trabajo complementa estudios previos, como el publicado en Plos One en 2023, que ya vinculaba la convivencia temprana con mascotas (perros y gatos) con una menor incidencia de alergias alimentarias en bebés, demostrando un efecto inmunomodulador más amplio.