Precariedad laboral en Argentina: El empleo informal supera al formal por primera vez

El empleo precario e independiente en Argentina supera ya los 11,4 millones de puestos, dejando a la mayoría de trabajadores sin derechos ni protección social, según datos del INDEC. La informalidad laboral alcanza un récord histórico, impactando fuertemente a los jóvenes y profundizando la crisis social.

La precariedad laboral en Argentina alcanzó un punto de inflexión histórico al confirmarse que el número de trabajadores en situación de informalidad o por cuenta propia ha superado al de los asalariados registrados. De acuerdo con las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) correspondientes al segundo trimestre de 2025, la suma de asalariados no registrados («en negro») y trabajadores independientes (monotributistas y autónomos) totaliza 11.414.000 puestos, dejando atrás los 11.122.000 de asalariados con protección social (públicos y privados). Este sorpasso estadístico no solo evidencia una profunda crisis en el mercado de trabajo, sino que pone en jaque la sostenibilidad del sistema de seguridad social y amplifica la brecha de desigualdad.

La cifra de la informalidad que expone la crisis

La precariedad laboral en Argentina se traduce en que aproximadamente 9 millones de personas trabajan sin acceso a derechos laborales fundamentales, aportes previsionales ni cobertura de seguridad social. Esta masiva desprotección tiene un impacto directo en la capacidad de consumo y en la calidad de vida, reflejándose en una caída drástica del salario real y una mayor dependencia de las políticas de asistencia social. El diagnóstico es alarmante:

Récord histórico de empleo «en negro»

El porcentaje de asalariados que se encuentran trabajando en la informalidad es del 43,2% del total, un nivel que no se registraba en el país en los últimos 17 años. Este dato es un termómetro de la crisis estructural que impulsa a empresas y empleadores a evadir cargas sociales, a costa de los derechos de los trabajadores. La búsqueda de competitividad vía la reducción de costos laborales se ha convertido en una práctica extendida.

La juventud, la más golpeada

La precariedad laboral en Argentina es, además, un problema generacional con graves proyecciones a futuro. La informalidad se ceba especialmente con los más jóvenes: el 63% de los trabajadores con edades comprendidas entre los 16 y 24 años carece de un empleo registrado. Este segmento se enfrenta a una inserción laboral sin derechos, lo que complica su trayectoria profesional y su futura jubilación.

El costo de trabajar sin protección: la brecha salarial

La falta de registro no solo implica la pérdida de derechos, sino una penalización económica directa. Los datos del INDEC revelan que los trabajadores informales perciben un 44% menos de salario en promedio que aquellos que cuentan con un contrato y aportes en regla. Esta diferencia subraya el abismo económico que separa a ambos grupos y la vulnerabilidad a la que está expuesta casi la mitad de la masa asalariada.

Los focos rojos de la evasión laboral

La precariedad laboral en Argentina no se distribuye de manera uniforme, sino que se concentra de forma significativa en algunos sectores de la economía. Estos son los rubros que concentran el mayor número de trabajadores sin registro, según las últimas estadísticas:

Sector Puestos No Registrados (en miles)
Servicio Doméstico 1.108 (El de mayor informalidad)
Comercio 1.036
Construcción 611

El Servicio Doméstico encabeza la lista con más de un millón de puestos no registrados, lo que históricamente ha sido un sector con alta informalidad. Le siguen de cerca el Comercio, uno de los principales generadores de empleo, y la Construcción, un rubro con un alto nivel de rotación y estacionalidad.

El «fraude» del monotributo

Un factor que distorsiona las cifras es el uso indebido del esquema de Monotributo (trabajadores por cuenta propia). La Secretaría de Trabajo ha señalado que un número considerable de personas registradas como monotributistas o autónomos están, en realidad, insertas en relaciones de dependencia laboral encubiertas. Las empresas obligan a sus empleados a facturar como independientes para evadir las onerosas cargas sociales, transformando a asalariados en falsos cuentapropistas, lo que agrava la precariedad laboral en Argentina.

Una crisis que exige acción

La superación del empleo formal por parte de la precariedad laboral en Argentina marca un antes y un después en el diagnóstico de la economía del país. La crisis del mercado de trabajo no se limita a la falta de puestos, sino que se ha convertido en un problema de calidad y desprotección. Más de 11 millones de argentinos carecen de una red de seguridad social, lo que no solo precariza su presente, sino que compromete su futuro. La situación demanda una respuesta política urgente y articulada que revierta la tendencia, promueva la registración genuina y garantice el cumplimiento de los derechos laborales para evitar que la informalidad se consolide como la única alternativa viable para una parte mayoritaria de la población.