Brecha socioeconómica en la educación: Solo 6 de cada 10 jóvenes de bajos recursos terminan la secundaria
A pesar del avance en la terminalidad educativa, una profunda brecha socioeconómica persiste en Argentina. Nueve de cada diez jóvenes ricos terminan la secundaria, pero solo seis de cada diez de menores recursos lo logran.

La terminalidad educativa en Argentina, especialmente en el nivel secundario, ha mostrado avances significativos en la última década. Según un informe de Argentinos por la Educación, la proporción de jóvenes de 25 a 30 años que terminan la secundaria aumentó del 67,6% en 2014 al 74,2% en 2024. Sin embargo, este progreso esconde una profunda desigualdad: mientras 9 de cada 10 jóvenes del quintil más rico finalizan sus estudios, solo 6 de cada 10 logran hacerlo en el quintil de menores ingresos.
Desigualdad en cifras: El abismo entre ricos y pobres
El estudio, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, revela que aunque la tasa de graduación mejoró en todos los sectores, la brecha socioeconómica persiste. La terminalidad para los jóvenes de bajos ingresos subió del 41,5% al 60% en diez años, un avance notable pero aún muy por detrás del 92,2% alcanzado por el sector más pudiente. .
Además de la disparidad por ingresos, el informe también destaca otras tendencias:
- Mayor precocidad: cada vez más jóvenes terminan la secundaria a una edad más temprana. La proporción de graduados de 19 años pasó del 52% en 2014 al 71,2% en 2024.
- Brecha de género: el 77,4% de las mujeres terminan la secundaria, frente al 70,9% de los hombres, una diferencia que se ha mantenido a lo largo del tiempo.
El desafío de la calidad y la inclusión
Expertos consultados coinciden en que los avances en terminalidad son un logro democrático, pero señalan los desafíos que persisten. Romina de Luca, investigadora del CONICET, subraya que «aún 4 de cada 10 estudiantes de los quintiles de menores ingresos tienen secundaria incompleta», una «deuda» pendiente. Sin embargo, también advierte que parte de esta mejora puede estar vinculada a las flexibilizaciones académicas implementadas durante la pandemia, lo que invita a un análisis más profundo sobre la calidad de los aprendizajes.
Este punto es reforzado por un informe anterior de la misma fundación, que indica que solo el 63% de los estudiantes llega al último año sin haber repetido o abandonado. Y más preocupante aún, las Pruebas Aprender muestran que apenas 10 de cada 100 finalizan en tiempo y forma con los conocimientos suficientes en Lengua y Matemática.
A pesar de las críticas, Viviana Postay, coautora del informe, pone en valor el aumento de la terminalidad, especialmente en «estudiantes de sectores sociales empobrecidos e históricamente excluidos». El desafío, como concluye la especialista, es «compatibilizar esta positiva expansión del nivel con aprendizajes reales».