Morgan Stanley advierte sobre una fuerte suba post-comicios del dólar en Argentina
Morgan Stanley, un banco de inversión global, pronostica una escalada del dólar en Argentina después de las elecciones, alertando sobre la insostenibilidad del tipo de cambio actual y un prolongado escenario de tensión financiera.

El futuro del dólar en Argentina: Los escenarios que evalúa Morgan Stanley
El banco de inversión estadounidense Morgan Stanley ha sacudido el escenario financiero argentino con un contundente pronóstico: la estabilidad cambiaria actual es insostenible y el dólar se disparará con fuerza luego de las elecciones legislativas del 26 de octubre. En un informe reciente enviado a sus clientes, la entidad de Wall Street analizó el contexto económico y las reservas del Banco Central, concluyendo que, independientemente del resultado de los comicios, el Gobierno se verá obligado a realizar un ajuste cambiario y endurecer la política monetaria.
El documento, que se ha convertido en una lectura obligada para los inversores, expone un análisis detallado sobre la insostenible estabilidad del tipo de cambio, una variable que se ha mantenido relativamente controlada en la previa electoral. Morgan Stanley sostiene que esta calma es artificial y que las presiones latentes sobre el peso se liberarán una vez que el calendario político haya pasado, sin que existan escenarios de calma a la vista.
El banco plantea que la decisión de las autoridades de posponer un ajuste cambiario hasta después de la votación ha generado una acumulación de presiones que podrían traducirse en una devaluación significativa. Este movimiento se presenta como una respuesta necesaria para aliviar la constante sangría de reservas y para recomponer el stock de divisas del país.
Tres escenarios para la suba del dólar
El informe de Morgan Stanley desglosa el futuro del dólar en Argentina en tres posibles escenarios, cada uno vinculado a los resultados de las próximas elecciones. La entidad subraya que, aunque los impactos varían, todos los caminos conducen a una fuerte presión sobre el peso y, en consecuencia, a un alza del tipo de cambio.
- Victoria oficialista sólida: En este escenario, el FMI y el Gobierno argentino mantendrían una hoja de ruta de «ajuste gradual», aunque no exento de tensión. El banco estima que, incluso en este contexto favorable, el tipo de cambio podría ubicarse cerca de $1.700 a fin de año. Esta cifra, aunque inferior a la de los otros escenarios, representaría una devaluación considerable que impactaría en la economía real.
- Escenario intermedio: Ante un resultado más ajustado o un triunfo parcial del oficialismo, la incertidumbre aumentaría. Morgan Stanley proyecta que, en este caso, el dólar superaría los $1.800. Un resultado electoral sin una clara señal política debilitaría la capacidad de maniobra del Gobierno y aumentaría las presiones sobre el mercado cambiario.
- Derrota amplia del Gobierno: Este es el escenario más pesimista. Una derrota contundente del oficialismo en las urnas sería interpretada por los mercados como una señal de debilidad política y de un futuro incierto. En este contexto, la cotización del dólar podría rebasar los $2.000. El informe advierte que una devaluación de esta magnitud tendría un impacto inmediato y severo en los precios, con una aceleración de la inflación que erosionaría aún más el poder adquisitivo, y en la actividad económica, que podría resentirse ante la incertidumbre.
La ilusión de la dolarización y el problema de las reservas
El informe también aborda la idea de la dolarización como una solución de fondo a los problemas cambiarios de Argentina, una propuesta que ha ganado tracción en ciertos sectores políticos. Morgan Stanley descarta esta opción como una alternativa viable a corto plazo. Según sus cálculos, un proceso de dolarización demandaría un volumen de divisas que oscila entre los US86.000 millones.
La realidad de las cuentas nacionales es dramática. Las reservas netas del Banco Central rondan los US$10.000 millones, lo que incluye el oro. Esta cifra es un pálido reflejo del stock necesario para siquiera considerar la dolarización. El banco concluye que, con ese nivel de reservas, cualquier intento de dolarizar la economía sería inviable y generaría un colapso.
El documento también subraya que incluso el swap por US$20.000 millones con el Tesoro estadounidense, un acuerdo que había generado optimismo, no sería suficiente para garantizar una transición ordenada. Este análisis refuerza la idea de que la solución a los problemas económicos del país no es la dolarización, sino la recomposición gradual de las reservas.