Salario mínimo en Argentina: Contracción del 32% desde noviembre de 2023 y nivel más bajo desde 2001

El poder adquisitivo del salario mínimo ha vuelto a retroceder en Argentina, situándose en agosto de 2025 en su punto más bajo desde el colapso de la convertibilidad en 2001. Desde noviembre de 2023, el salario mínimo real sufrió una devastadora contracción del 32%.

El salario mínimo pierde un 32% de poder real desde fines de 2023

El poder adquisitivo del salario mínimo volvió a caer en agosto de 2025, de acuerdo con un riguroso análisis realizado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Este retroceso del 0,5% en términos reales durante agosto se suma a una tendencia dramática que acumula una contracción del 32% desde noviembre de 2023.

La magnitud de la pérdida es histórica. El estudio, coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, advierte que el valor real del salario mínimo, vital y móvil (SMVM) se encuentra hoy en un nivel inferior al registrado antes de la crisis de 2001. Además, el poder de compra actual es un 62% menor en comparación con el máximo histórico de la serie, alcanzado en septiembre de 2011.

20240626 Billetera vacia Salario mínimo en Argentina

Impacto de la devaluación e inflación en el poder adquisitivo

La principal causa de esta caída abrupta se remonta a diciembre de 2023 y enero de 2024, inmediatamente después de la devaluación y la aceleración inflacionaria.

La devaluación y la inflación desmantelan el salario
  • Diciembre de 2023: El salario mínimo real experimentó una reducción del 15% como consecuencia directa del shock inflacionario posterior a la devaluación.
  • Enero de 2024: La baja fue todavía más pronunciada, alcanzando un retroceso del 17% en ese mes.

Si bien se registraron leves aumentos nominales en meses posteriores, estos incrementos fueron insuficientes para compensar la pérdida generalizada del poder de compra. Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, la contracción acumulada fue del 32%, y en lo que va del año (enero a agosto de 2025), el retroceso ya suma un 3,7%.

Los autores del informe sugieren que esta erosión constante refleja la ausencia de mecanismos de actualización salarial que sean efectivos y que logren acompañar el ritmo de la inflación, dejando al salario mínimo como una de las variables más vulnerables del esquema económico.

informalidad laboral

Caída del empleo formal agrava la fragilidad del mercado laboral

La crisis del poder adquisitivo del ingreso se ve acompañada por un deterioro en el mercado laboral formal, lo que intensifica la fragilidad del panorama socioeconómico del país.

Pérdida neta de puestos de trabajo registrados

El documento del IIEP-UBA también revela la dinámica de la creación y destrucción de empleo. En junio de 2025, el último dato disponible, el empleo asalariado formal del sector privado mostró una pérdida de 12.200 puestos de trabajo. En contraste, el sector público sumó 7.800 nuevos empleos en el mismo mes.

Al evaluar el conjunto total del empleo formal —que incluye sectores público, privado y casas particulares— la pérdida neta registrada en junio fue de 4.100 puestos. En total, el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) contabilizaba 10,111 millones de personas asalariadas registradas en la seguridad social.

Tendencia a la baja en el mediano plazo

El informe detalla que, tras una fase de caída continua entre septiembre de 2023 y julio de 2024, el empleo formal había alcanzado cierta estabilidad hasta marzo de 2025, para luego volver a una senda de retroceso en los tres meses siguientes.

En una perspectiva más amplia:

  • En la comparación interanual (junio 2025 vs. junio 2024), se registró una pérdida de 18.000 empleos formales (-0,2%).
  • El retroceso es más severo al compararlo con noviembre de 2023, con una contracción de casi 190.000 puestos (-1,8%).

La combinación de un ingreso real en retroceso y la destrucción del empleo formal privado impacta directamente en la demanda interna y la capacidad de recuperación económica, aumentando el riesgo de profundizar la desigualdad social en Argentina.