Kicillof sentencia que el plan económico «condena» al sector productivo

Kicillof critica duramente el modelo macroeconómico actual, asegurando que la dolarización de costos y la apertura importadora estrangulan la producción nacional, mientras defiende la inversión estatal como motor de desarrollo para el sector privado.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, lanzó duras críticas al rumbo económico del gobierno nacional, afirmando categóricamente que «con este plan económico, la industria está condenada». Las declaraciones se produjeron durante una visita a plantas del Parque Industrial General Savio de Mar del Plata, donde el mandatario provincial dialogó con empresarios y trabajadores sobre el impacto de la política macroeconómica en la actividad productiva. Acompañado por el candidato a diputado nacional Jorge Taiana, Kicillof resumió su visión del presente económico, señalando que solo una actividad parece prosperar: «la especulación financiera».

Durante la recorrida, que incluyó a firmas relevantes como Lamb Weston, Lucciano’s y Norgreen S.A., el gobernador bonaerense detalló los tres pilares del esquema económico que, a su juicio, perjudican directamente a la industria bonaerense y nacional. Identificó la estrategia como «totalmente anti-productiva», centrando su cuestionamiento en tres puntos clave: la dolarización de los costos de producción, la apertura de importaciones y la consecuente paralización del mercado interno debido a la caída del consumo.

Según la visión de Kicillof, la combinación de estos factores genera un escenario de alta complejidad para la producción local. El aumento de costos en dólares, junto con la competencia de productos importados más baratos, reduce drásticamente la rentabilidad y la capacidad de inversión de las empresas. A esto se suma la contracción del mercado interno, esencial para el consumo de bienes producidos en la provincia, completando un círculo vicioso de crisis industrial.

Frente a este panorama, el gobernador defendió enfáticamente el rol activo del Estado como elemento clave para contrarrestar la tendencia y asegurar la supervivencia y el desarrollo del sector privado. Kicillof argumentó que la inversión estatal no debe verse como un carril separado de la iniciativa privada, sino como un facilitador indispensable para que las empresas puedan crecer.

«El Estado y el sector privado no van por carriles separados, ya que las empresas invierten cuando hay rutas, puertos e infraestructura adecuada: no hay que elegir entre uno u otro, sino trabajar de manera conjunta y pensando en el futuro», sostuvo. En este sentido, la Provincia de Buenos Aires se enfoca en el desarrollo de infraestructura logística y energética, considerándola el motor necesario para que el sector privado retome el camino de la inversión y la generación de empleo.

Esta defensa del modelo de inversión pública en infraestructura se da en un contexto de reclamos empresariales por la caída en las ventas y el aumento de los costos operativos, situación que, según los funcionarios provinciales presentes, requiere de una intervención estratégica y coordinada entre el ámbito público y privado.

Las declaraciones de Axel Kicillof ponen de manifiesto la creciente tensión entre la visión económica de la provincia de Buenos Aires, enfocada en la producción y el mercado interno, y la estrategia macroeconómica del gobierno nacional, que, según el gobernador, resulta en una «condena» para la industria bonaerense. Al señalar el riesgo de desindustrialización y la preferencia por la especulación financiera, Kicillof no solo critica una política, sino que también defiende la necesidad de una fuerte intervención estatal en infraestructura para sostener el tejido productivo provincial ante la crisis. La cuestión central pasa por definir si es posible revertir los efectos de la apertura y la contracción del consumo sin un cambio en el plan económico general.