La crisis se agudiza: la venta de ropa cayó un 12% y la industria de la indumentaria sufre un fuerte golpe
La industria de la indumentaria sufre una fuerte caída del 12% en sus ventas. Ni las liquidaciones de invierno lograron revertir la crisis del sector en el último bimestre.

La venta de ropa en Argentina sufrió una nueva y pronunciada caída, con un descenso del 12% interanual durante el bimestre de julio-agosto. El dato, extraído del último informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), confirma el agravamiento de la crisis que atraviesa el sector. Esta baja se suma a la ya registrada en el bimestre anterior, mayo-junio, cuando las ventas cayeron un 7,1%, lo que dibuja un panorama sombrío y sin perspectivas claras de recuperación a corto plazo.
Los datos revelan que ni siquiera los tradicionales factores que suelen impulsar el consumo estacional, como las liquidaciones de invierno, el pago del aguinaldo o eventos comerciales como el Día del Niño, fueron suficientes para revertir la tendencia negativa. Este desempeño evidencia un marcado debilitamiento del poder de compra de los consumidores, un factor que, según los expertos, se ha convertido en el principal obstáculo para la industria.
Exceso de stocks y tensiones en la cadena de pagos
El informe de la CIAI subraya que la caída en la demanda ha generado una seria distorsión entre la producción y el volumen de ventas, lo que ha disparado el problema del exceso de stocks. La preocupación por la acumulación de mercadería sin salida creció un 11% en el período analizado. Este desequilibrio no solo afecta la liquidez de las empresas, sino que también genera tensiones en la cadena de pagos, impactando a proveedores y productores por igual.
Según la encuesta de la CIAI, siete de cada diez empresas del sector reportaron resultados negativos en el bimestre, lo que refleja la profundidad de la crisis. Este contexto ha llevado a un aumento en los ajustes de personal y una mayor fragilidad financiera para las compañías, que luchan por mantener sus operaciones en un mercado deprimido.
Precios y salarios: la paradoja de un mercado en recesión
Un dato relevante del estudio es la relación entre los costos y la capacidad de las empresas para trasladarlos a los precios finales. El 56% de los locales absorbieron completamente los incrementos salariales, sin poder transferirlos a los consumidores, mientras que un 25% solo lo logró de manera parcial. Este fenómeno se explica por la fragilidad del consumo y la alta elasticidad de la demanda en el rubro de la indumentaria.
La falta de poder adquisitivo de los consumidores se ve reflejada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec, que en agosto registró una baja del 0,3% en el rubro «Prendas de vestir y Calzado». Si bien esta caída de precios podría interpretarse como un beneficio para el comprador, en el contexto actual es un síntoma de una demanda paralizada que obliga a las empresas a contener los precios y, en muchos casos, a operar con márgenes de ganancia muy reducidos. Esta situación, en conjunto, plantea un futuro incierto para la industria textil, que se enfrenta al desafío de adaptarse a un escenario de recesión prolongada.