La «batalla cultural» del Gobierno se estrella contra el apoyo masivo a la universidad y el Garrahan

La masiva valoración de los argentinos por instituciones como el Hospital Garrahan y la universidad pública choca de frente con las políticas de austeridad del Gobierno, evidenciando un profundo contraste entre la agenda oficial y el sentir de la sociedad.

En un contexto de intensa «batalla cultural», el Gobierno nacional parece centrar su estrategia en cuestionar el rol de instituciones públicas con un fuerte arraigo popular. Sin embargo, estudios de opinión recientes reflejan que esta táctica encuentra una resistencia masiva en la sociedad. El Hospital Garrahan y las universidades públicas, lejos de ser vistas como «gastos», son percibidas por una abrumadora mayoría de argentinos como pilares fundamentales para el desarrollo del país, gozando de una imagen favorable que supera el 90% en ambos casos. Estos datos sugieren que la «motosierra» de la austeridad del Gobierno está chocando con símbolos que la sociedad valora profundamente, lo que genera una tensión social y política cada vez mayor.

Un informe de Proyección Consultores, basado en una encuesta a casi 1.300 personas, revela el enorme respaldo a la universidad pública. El 88,9% de los consultados tiene una opinión favorable sobre estas instituciones, y un contundente 94,1% las considera importantes para el desarrollo nacional. Este apoyo no es solo una cuestión de imagen; el 83,6% de la población está de acuerdo con que el Estado debe financiar y promover el acceso universal a la educación superior. Este respaldo se traduce en un rechazo explícito a la decisión del presidente Javier Milei de vetar el presupuesto para las universidades, una medida que el 68,7% de los encuestados desaprueba. La preocupación social es palpable: casi la mitad de los consultados teme que esta decisión provoque el cierre de carreras y la pérdida de puestos de trabajo para docentes e investigadores. Además, el 70% cree que la medida «va a perjudicar la imagen de Milei».

El Garrahan, un símbolo de la salud infantil

El Hospital Garrahan, referente en pediatría a nivel regional, es otro de los símbolos atacados por la política de recortes, y su situación genera una preocupación similar. Una encuesta de Zuban Córdoba muestra que el 94,6% de los argentinos tiene una imagen positiva del hospital, y el 82,7% cree que garantizar su financiamiento es una prioridad. El 78,5% considera justos los reclamos de presupuesto y salarios de sus trabajadores.

La crisis del Garrahan va más allá de lo económico. Los empleados del hospital han denunciado una «crisis inédita en su historia», con más de 240 profesionales que han renunciado debido a la pérdida del poder adquisitivo. Además, el personal del hospital ha alertado sobre la designación de autoridades sin formación adecuada y el uso de la comunicación institucional para «atacar y desprestigiar» a los trabajadores, lo que pone en riesgo la atención de pacientes, los procedimientos, los equipos interdisciplinarios y la formación de nuevos profesionales.

El costo de los recortes: un debate de cifras y prioridades

La respuesta oficial del Gobierno, «el déficit cero no se negocia», contrasta con las cifras que manejan expertos. Según Piera Fernández, expresidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), la Ley de Financiamiento Universitario, que propone reasignar partidas en lugar de aumentar la emisión, tendría un costo fiscal «insignificante» de apenas el 0,1% del PBI. Este valor es mucho menor al 0,4% del PBI que representó la baja de bienes personales, lo que deja en evidencia una aparente contradicción en las prioridades del Gobierno.

La realidad salarial de los trabajadores de estos sectores es dramática. Según un informe del Grupo EPC-CIICTI, los docentes e investigadores universitarios han perdido el 29,1% de su sueldo real durante la gestión de Milei. En el caso del personal del Garrahan, la pérdida de poder adquisitivo supera el 60% en casi dos años, y los residentes pasaron a ser considerados «becarios», lo que ha generado una fuga de talentos que pone en riesgo la calidad de la atención.

Este panorama pone de manifiesto la desconexión entre el discurso gubernamental y las prioridades de la sociedad. Mientras el Gobierno argumenta que la austeridad es una necesidad innegociable, la mayoría de los argentinos considera que el financiamiento de la educación y la salud pública no son un gasto, sino una inversión fundamental para el futuro del país.