Aumento en biocombustibles: impacto en el precio de la nafta y el gasoil
La Secretaría de Energía oficializó una suba del 4% en los precios de los biocombustibles, impactando directamente en los costos de la nafta y el gasoil. La industria alerta por pérdidas, mientras se prevé un nuevo ajuste en los surtidores en el mes de octubre.

El gobierno argentino, a través de la Secretaría de Energía, ha oficializado un aumento del 4% en el precio de los biocombustibles, un componente clave de las naftas y el gasoil que consumimos a diario. La medida, publicada en el Boletín Oficial, establece nuevos valores tanto para el bioetanol, que se mezcla con la nafta, como para el biodiésel, que se utiliza en el gasoil. Este incremento, que entrará en vigor en octubre, genera preocupación en la industria, que denuncia pérdidas millonarias, y se suma a la presión alcista sobre los precios en los surtidores.
¿Por qué suben los precios de la nafta y el gasoil?
El incremento en los precios de los combustibles no es un fenómeno aislado, sino el resultado de la actualización de sus componentes. Los biocombustibles, como el bioetanol y el biodiésel, son parte obligatoria de la mezcla de los combustibles fósiles. El bioetanol, que proviene de la caña de azúcar y el maíz, representa un 12% de la nafta, mientras que el biodiésel, un 7,5% del gasoil.
Este corte obligatorio significa que cualquier variación en el costo de los biocombustibles se traslada directamente al precio final de la nafta y el gasoil que los consumidores pagan en los surtidores. Las resoluciones 368 y 369/2025 de la Secretaría de Energía establecieron los siguientes precios:
- Bioetanol de caña de azúcar: $857,006 por litro.
- Bioetanol de maíz: $785,468 por litro.
- Biodiésel: $1.408.687 por tonelada (con un aumento del 3,99%).
Estas cifras, sumadas a los impuestos sobre los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), ejercen una presión constante que se traduce en ajustes periódicos. Por ello, se espera que el alza en los biocombustibles se refleje en un nuevo aumento en los precios de los combustibles en los surtidores durante el próximo mes de octubre.
El reclamo de la industria: entre la rentabilidad y las pérdidas
Aunque el Gobierno justifica el ajuste como una medida para evitar distorsiones en el mercado, la industria de los biocombustibles no está satisfecha. Las cámaras empresariales del sector, como la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer) y la Cámara Panamericana de Biocombustibles Avanzados (Capba), aseguran que el aumento es insuficiente.
Según sus cálculos, el precio técnico del biodiésel debería ser significativamente más alto que el fijado oficialmente para cubrir los costos de producción y garantizar la rentabilidad. Esta brecha, denuncian, ha generado pérdidas millonarias desde mediados de 2024, descapitalizando a las plantas productoras y poniendo en riesgo la sustentabilidad de la industria. Las empresas señalan que el actual esquema de precios penaliza a los elaboradores y elimina cualquier margen de ganancia, comprometiendo así la inversión y el desarrollo del sector.
Un contexto de emergencia y desafíos
El marco legal que regula el mercado de biocombustibles se basa en la Ley 27.640, que establece la mezcla obligatoria y designa a la Secretaría de Energía como la autoridad de aplicación. La medida actual también se enmarca en la emergencia económica y energética declarada hasta finales de 2025, lo que le otorga al Gobierno un mayor margen de maniobra para fijar los precios.
El principal desafío para las autoridades es equilibrar la necesidad de mantener precios de combustibles accesibles para los consumidores con la demanda de un precio justo por parte de una industria que es clave para la transición energética y el desarrollo regional. Mientras la nafta y el gasoil seguirán sintiendo el impacto de estos ajustes, la industria de los biocombustibles continuará reclamando un mecanismo de fijación de precios que refleje de manera más fidedigna sus costos de producción.
El reciente aumento de los biocombustibles confirma que el precio de los combustibles en Argentina se encuentra bajo una presión constante. Este incremento, aunque moderado, tendrá un impacto directo en los surtidores, que se espera continúen subiendo en octubre. Mientras el Gobierno busca evitar distorsiones en el mercado, la industria de los biocombustibles denuncia que el ajuste es insuficiente, lo que pone de manifiesto la tensión entre la política de precios y la rentabilidad del sector.