Precios de frutas y verduras se dispararon al doble del IPC de agosto

Mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto registró una suba general menor al 2%, los precios de frutas y verduras más consumidas por los argentinos aumentaron por encima de ese indicador, con un impacto directo en la canasta familiar.

A pesar de que el IPC general de agosto se ubicó por debajo del 2%, un informe del Centro CEPA reveló una marcada contradicción en la mesa de los argentinos: los precios de las frutas y verduras en el Mercado Central de Buenos Aires se duplicaron y triplicaron. Las seis verduras más comercializadas en ese punto clave de distribución registraron un incremento del doble respecto al IPC, mientras que las cuatro frutas más vendidas aumentaron dos veces y media por encima del indicador. Esta brecha demuestra que el costo de vida real para los hogares se ve más afectado por el precio de los alimentos básicos que por el índice macroeconómico.

El informe del Centro CEPA no solo evidencia el fuerte aumento en los productos básicos de la canasta, sino que también subraya la abismal diferencia de precios entre los mayoristas del Mercado Central y las góndolas de los supermercados. La brecha se ubicó en un 159,1% a favor de los supermercados, un incremento de 36,3 puntos porcentuales respecto al mes anterior. Este dato revela la complejidad de la cadena de valor y el impacto final en el bolsillo del consumidor.

En el sector de las verduras, la suba fue impulsada por productos clave como el zapallo y la papa, que incrementaron su brecha de precios en un 47,4% y 47,3%, respectivamente. El tomate y la lechuga también mostraron aumentos considerables. Este comportamiento de los precios minoristas contrasta con el de las papas y las lechugas, que contrajeron sus precios en el Mercado Central, con variaciones de -19,2% y -35,3% respectivamente, lo que refuerza la preocupación sobre la cadena de comercialización.

Tomates, papas y limones en la mira

La situación del tomate es particularmente alarmante, con la mayor variación acumulada del segmento: un 183,3%. Aunque su precio se contrajo en el Mercado Central un 19,2%, la brecha con las góndolas de los supermercados continúa ensanchándose. Por su parte, el sector de la papa enfrenta una grave crisis, marcada por una sobreoferta, altos costos dolarizados de insumos, pérdida de exportaciones y una competencia desleal de países que subsidian su producción. La Federación Nacional de Productores de Papa (FENAPP) ha advertido que estos factores hacen la actividad casi inviable, lo que resulta en pérdidas de hasta el 50% de la inversión para los productores en el primer semestre del año.

En el segmento de las frutas, el limón lideró la suba, con un incremento interanual del 61,0%. Si bien la industria limonera ha reactivado exportaciones, como el «limón del verano» a Chile y el «limón siciliano» a Brasil, este aumento en las ventas externas podría estar reduciendo la oferta en el mercado interno y ejerciendo una presión al alza sobre los precios. La banana, por su parte, experimentó un fuerte aumento de 7,4% debido al corte del paso Cristo Redentor, que restringió su llegada al país e incrementó su demanda.

20230228 VERDURAS Precios de frutas y verduras

La incidencia real en la canasta familiar

Aunque la incidencia de las verduras en el IPC general es de apenas el 2,2% para el Gran Buenos Aires, y las frutas un 1,3%, el informe pone de relieve que los aumentos en estos rubros impactan de forma desproporcionada en el poder adquisitivo de las familias. Los hogares no consumen el IPC como un todo, sino que compran alimentos específicos que, en este caso, se encarecieron a un ritmo muy superior al promedio, erosionando el salario de los trabajadores de manera más tangible. La brecha entre el Mercado Central y los precios de góndola, que creció en agosto, demuestra que las políticas de precios deben considerar la dinámica de cada sector y la cadena de valor para ser realmente efectivas en la contención de la inflación.

El informe del Centro CEPA resalta un desfasaje crítico entre los indicadores oficiales y la realidad económica de los hogares argentinos. Mientras el IPC general da una señal de desaceleración, los precios de productos esenciales como frutas y verduras se disparan, golpeando directamente la economía familiar. La crisis de los productores de papa y la dinámica de las exportaciones de limón y el tránsito de bananas son ejemplos concretos de cómo factores específicos influyen más en los precios que la macroeconomía. En definitiva, la lucha contra la inflación debe ir más allá de los índices generales y enfocarse en la realidad de la mesa de cada familia.