Acusan a consulados argentinos en China de exigir sobornos por turnos de visa
Cables diplomáticos revelan denuncias graves contra funcionarios consulares argentinos en China. Se los acusa de pedir coimas para adelantar turnos de visa, un escándalo que genera tensión diplomática y podría afectar la próxima visita oficial de Karina Milei.

La Cancillería argentina se encuentra en el centro de una seria controversia diplomática tras la llegada de cables oficiales que denuncian irregularidades en los consulados del país en China. Las acusaciones, provenientes de ciudadanos chinos, apuntan a un esquema de sobornos para agilizar los trámites de visa, especialmente aquellos de reunificación familiar. Según la información recibida, funcionarios consulares estarían exigiendo pagos extraoficiales a cambio de adelantar citas que, en algunos casos, habían sido asignadas para fechas tan lejanas como 2026, 2027 e incluso 2028.
Las quejas han escalado a tal punto que ya se han presentado cartas documento y reclamos por correo electrónico a la Dirección de Asuntos Consulares de Argentina. Uno de los cables diplomáticos destaca que ya hay casos judicializados, lo que subraya la gravedad de la situación. La preocupación es palpable en Buenos Aires y Beijing, ya que el escándalo surge en un momento delicado para las relaciones bilaterales.
Las denuncias y el impacto diplomático
El meollo del problema radica en los turnos para visas. Mientras que algunos ciudadanos chinos que no habrían accedido a los supuestos pagos continúan enfrentando demoras de años, otros que sí habrían realizado «pagos» habrían conseguido adelantar significativamente sus citas. Un cable diplomático enviado a Cancillería afirma: «Se informa a esa Sede que en los últimos meses se han recibido tres cartas documento solicitando adelantar turnos para tramitación de visado de reunificación familiar que se han otorgado para los años 2026 y 2027». Otro documento agrega que se solicitó a los consulados otorgar turnos para el presente año «a fin de evitar la judicialización de estos casos».
La situación irrita particularmente al gobierno chino. Meses atrás, Beijing había eliminado el requisito de visa para ciudadanos argentinos por hasta 30 días, un gesto de buena voluntad hacia la administración de Javier Milei. No obstante, Argentina no replicó la medida con la misma simetría. Si bien se simplificaron los trámites para chinos con visa estadounidense, quienes no la tienen deben seguir el proceso completo, que incluye una entrevista personal; este es el punto que presuntamente se utiliza para exigir coimas.
Visita de Karina Milei en riesgo
El escándalo surge en un momento inoportuno, con la próxima visita de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, a Shanghai, prevista para noviembre. El incidente podría empañar el viaje y agravar las tensiones acumuladas con la potencia asiática. El malestar en Beijing es profundo, ya que esperaban una respuesta diferente a su gesto de reciprocidad.
La crisis se suma a la visita pendiente del presidente Javier Milei a China, que aún no se concretó a pesar de su encuentro con Xi Jinping en el G20 de Río de Janeiro. La falta de cumplimiento de la promesa de rubricar acuerdos y agradecer la renovación del swap agrava la percepción de desinterés por parte de Argentina.
Falta de control y sus consecuencias
El embajador argentino en China, Marcelo Suárez Salvia, también ha sido objeto de críticas por su supuesta falta de control sobre lo que ocurre en las representaciones consulares. Aunque los consulados responden directamente al canciller, la falta de supervisión de la embajada ha sido señalada como un factor que contribuyó a la crisis.
Las trabas burocráticas no solo generan un problema ético y diplomático, sino que también tienen un impacto económico. Las demoras para obtener visas limitan el ingreso de turistas chinos a la Argentina, un grupo que, según los especialistas, se caracteriza por tener un alto gasto diario. En un contexto de escasez de divisas, esta situación representa una oportunidad perdida para el país. Las autoridades argentinas están bajo presión para tomar medidas concretas y transparentes que restauren la credibilidad de sus consulados y eviten una escalada mayor del conflicto.