La mirada realista de Kicillof sobre la política económica de Milei: «Se hundieron, no flotan más»
En un acto por el Día de la Industria, el gobernador bonaerense criticó el rumbo económico de la gestión de Javier Milei. También convocó a la ciudadanía a defenderse en las urnas del ajuste que aplica el Gobierno nacional.

En un acto por el Día de la Industria, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, lanzó un duro cuestionamiento al rumbo económico de la gestión de Javier Milei, asegurando que sus políticas están destruyendo el tejido productivo del país. El mandatario bonaerense, ante un auditorio compuesto por empresarios, trabajadores y dirigentes, no solo denunció el cierre de miles de empresas y el aumento del desempleo, sino que también convocó a la ciudadanía a manifestar su descontento en las urnas el próximo 7 de septiembre para forzar un cambio de rumbo en las políticas nacionales.
El evento, que tuvo lugar en la localidad de San Martín, se convirtió en una plataforma para la crítica más frontal de la política económica de Milei. Kicillof, acompañado por figuras de su gestión y el exministro de Economía Sergio Massa, definió el plan del gobierno nacional como un «esquema que atenta contra la producción y el trabajo». El gobernador bonaerense sostuvo que cada vez que se aplicaron políticas neoliberales, el sector productivo resultó perjudicado, destacando que «los empresarios no venden, los tarifazos les rompen la estructura de costos, la demanda cae, las tasas hacen inaccesible el financiamiento y los bancos no dan crédito».
Las críticas del gobernador no se limitaron a un análisis macroeconómico; también se basaron en datos concretos que, según él, demuestran el fracaso del modelo. En este sentido, Kicillof mencionó el cierre de 15.000 pymes en todo el país y la duplicación del desempleo en menos de un año de gestión. «Si una pyme no vende ni cubre los costos, todo es producto del programa económico de Milei», sentenció, estableciendo una relación directa entre las medidas de ajuste y la crisis que se vive en el micro y macrocosmos económico.
El dólar, la «estafa electoral» y el llamado a las urnas
Uno de los puntos más agudos del discurso de Kicillof fue su referencia a la política cambiaria, ironizando sobre la supuesta promesa de un esquema de libre flotación. «Se hundieron, el dólar no flota más», lanzó el mandatario, en alusión a la intervención oficial en el mercado cambiario, lo que, a su juicio, evidencia la incapacidad del modelo para sostenerse. El gobernador advirtió que la aparente estabilidad macroeconómica que exhibe el Gobierno no se traduce en soluciones reales para los problemas del consumo y la producción, un hecho que, a su criterio, es la mayor evidencia de la contradicción del modelo.
Kicillof fue aún más lejos y acusó a Javier Milei de haber cometido la «estafa electoral más grande» en la historia de Argentina, aludiendo a la distancia entre las promesas de campaña y las medidas que se implementaron al llegar al poder. El gobernador señaló que el modelo libertario, con sus «tarifas altas, caída del consumo y destrucción de empleo», es una réplica del modelo aplicado por el macrismo. Esta vinculación busca posicionar la gestión de Milei como una continuación de las políticas que, según su visión, llevaron al país a una crisis económica y social durante el gobierno de Mauricio Macri.
En contraste, Kicillof defendió la gestión de su gobierno en la provincia de Buenos Aires, asegurando que ha impulsado la inversión, la ciencia y la tecnología para sostener a la industria, en contraposición con los recortes del gobierno nacional. «Desde el gobierno provincial hemos hecho lo contrario al gobierno de Milei», afirmó, planteando su gestión como una alternativa viable a la política nacional.
El punto central de su alocución fue el llamado a la movilización electoral. Kicillof planteó que las elecciones provinciales del 7 de septiembre son una «oportunidad extraordinaria» para que la ciudadanía le ponga un freno a las políticas de Milei. El gobernador afirmó que una derrota del oficialismo nacional en la provincia de Buenos Aires obligaría al Gobierno a «rectificar su rumbo económico». Con un tono firme, Kicillof aclaró que no buscan «desestabilizar» al gobierno, sino que este deje de «desfinanciar a las personas con discapacidad, de pegarle a los jubilados, de destruir la universidad pública, de quitar derechos, de perseguir y encarcelar opositores como ha hecho con Cristina». Con esta declaración, buscó enmarcar el voto como una defensa de los derechos sociales y un rechazo a las políticas que, según su visión, atentan contra las libertades y el bienestar de la población.