La industria metalúrgica en crisis: julio cierra con la capacidad instalada en mínimos históricos
La actividad metalúrgica en Argentina se mantiene en una profunda recesión, con la capacidad de producción en apenas un 45,2%. La apertura de importaciones y la llegada de maquinaria usada agravan la situación, poniendo en riesgo la competitividad y los puestos de trabajo en el sector.

La industria metalúrgica argentina atraviesa uno de sus momentos más críticos. Según el informe de la Asociación Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), la actividad en julio continuó en caída, con la capacidad instalada en un mínimo histórico de 45,2%. Aunque se registró un leve avance del 0,3% mensual y 1,8% interanual, el sector se encuentra un 15% por debajo de los niveles más altos alcanzados previamente. Los empresarios del rubro señalan que las políticas de apertura de importaciones y la autorización para la entrada de maquinaria usada están asfixiando a la producción nacional.
Análisis de los subsectores y las regiones
El desempeño de la industria no fue uniforme en todas las áreas. Algunos sectores estratégicos, como el de autopartes y bienes de capital, sufrieron caídas del 2,9% y 1,8% respectivamente. En contraposición, la maquinaria agrícola mostró un repunte significativo, con alzas de hasta 17,7%, lo que explica el leve crecimiento general de la industria. Sin el impulso de este rubro, el resto del entramado metalúrgico habría caído un 1% interanual, lo que evidencia la fragilidad de la supuesta recuperación.
En grandes centros productivos como Mendoza (-4%), Córdoba (-2,4%) y la provincia de Buenos Aires (-1,4%), la actividad retrocedió, reflejando las dificultades para consolidar una recuperación a nivel nacional.
Impacto en el empleo y las advertencias del sector
El panorama laboral es igualmente preocupante. El informe de ADIMRA confirmó la debilidad del sector con una caída del empleo del 1,9% interanual y un 0,1% respecto al mes anterior. Las empresas alertan que la combinación de una demanda interna deprimida y la competencia desleal de productos importados está profundizando la pérdida de puestos de trabajo. La entrada de maquinaria usada, en particular, es señalada como un factor que desalienta la inversión en tecnología y la renovación de la planta productiva local, afectando la competitividad a largo plazo.
El sector metalúrgico, vital para la economía del país, se encuentra en una encrucijada. Mientras que las políticas de apertura buscan supuestamente modernizar la economía, los industriales advierten que, sin medidas de apoyo y protección a la producción local, la crisis se agravará. La caída en el uso de la capacidad instalada demuestra que muchas empresas están produciendo al mínimo, lo que las acerca a la inactividad o incluso al cierre. La situación exige un debate sobre el modelo productivo y las políticas necesarias para sostener y reactivar una de las industrias más importantes del país.