La crisis del turismo interno y el desafío del sector hotelero en Argentina

El sector hotelero en Argentina enfrenta una severa crisis. Analizamos la caída del turismo interno, la menor afluencia de extranjeros y los factores económicos que impulsan los viajes al exterior, impactando la industria.

El sector hotelero en Argentina atraviesa una situación crítica, afectada por una tormenta perfecta de factores económicos. La caída del turismo interno, la menor llegada de visitantes extranjeros y el alto costo del país en dólares han generado un panorama sombrío para una de las industrias clave de la economía nacional.

Según Gabriela Ferrucci, presidenta de la Asociación de Hoteles de Turismo de Argentina, la principal causa de este fenómeno es el tipo de cambio, que ha incentivado a los argentinos a elegir destinos en el extranjero. Durante el primer semestre del año, el 66% de los viajeros argentinos optó por destinos fuera del país, una cifra alarmante en comparación con el mismo período del año anterior. Este fenómeno no solo se explica por la búsqueda de nuevas experiencias, sino también por el atractivo de comprar tecnología y productos a precios más competitivos que los del mercado local. La propia conectividad aérea se ha vuelto un factor en contra, con vuelos a destinos internacionales como Punta Cana resultando más baratos que los de cabotaje, lo que desincentiva los viajes dentro del país.

El duro golpe de la baja demanda

La crisis no solo se refleja en la fuga de turistas argentinos, sino también en la retracción de la demanda extranjera. Ferrucci ha señalado que Argentina se ha convertido en un destino caro para los visitantes de la región, especialmente para aquellos provenientes de Brasil, Uruguay y Chile, cuyas demandas se han reducido considerablemente. A esto se suma que el elevado costo de los vuelos internos impacta directamente en la capacidad del turista extranjero para recorrer las diversas regiones del país, limitando su estadía y el gasto total.

Las recientes vacaciones de invierno, un barómetro tradicional del movimiento turístico, confirmaron la gravedad de la situación. Según cifras de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el receso invernal de este año registró un movimiento un 10,9% menor que en 2024, con un impacto económico un 11,2% inferior en términos reales. La estadía media también se redujo de 4,1 días en 2024 a 3,9 días este año. Si bien el gasto diario promedio se incrementó nominalmente, en términos reales (descontando la inflación) el aumento fue marginal. La comparación con 2023 es aún más reveladora: el número de personas que viajaron por el país se redujo en un 21,5%, y la estadía media cayó un 13,3%.

Estrategias de adaptación y desafíos futuros

Ante este panorama, el sector hotelero se enfrenta al desafío de reinventarse y encontrar soluciones. La situación actual exige una revisión profunda de la estrategia del rubro. Algunas de las medidas que podrían ayudar a mitigar la crisis son la creación de paquetes turísticos más accesibles, la promoción conjunta con aerolíneas para reducir los costos de los vuelos internos, y la implementación de programas de incentivos para el turismo nacional.

El desafío de la competitividad es uno de los mayores obstáculos a superar. Reducir los costos internos, mejorar la conectividad aérea y hacer de Argentina un destino más atractivo para el viajero regional e internacional son pasos urgentes para reactivar la industria. La dependencia de factores macroeconómicos, como el tipo de cambio, subraya la vulnerabilidad del sector y la necesidad de políticas de apoyo que fortalezcan su posición a largo plazo.

En conclusión, la crisis del sector hotelero no es un fenómeno aislado, sino el resultado de un entorno económico complejo que ha alterado los patrones de consumo y viaje. La industria enfrenta un período de adaptación y lucha para recuperar la vitalidad que la caracterizó en años anteriores, en un contexto donde el turismo local y extranjero se han visto severamente afectados.