Ocho de cada diez argentinos recorta gastos, según una encuesta

Un estudio de Management & Fit revela que el 80% de la población modificó sus hábitos de consumo, y casi la mitad de los hogares tiene problemas para cubrir sus gastos mensuales, en un contexto de creciente descontento social.

Un reciente estudio de la consultora Management & Fit pone de manifiesto el profundo impacto de la crisis económica en la vida cotidiana de los argentinos. Según el informe, ocho de cada diez argentinos recortan gastos, una cifra contundente que refleja la necesidad de adaptar el consumo para poder afrontar el contexto inflacionario. La encuesta, realizada a nivel nacional, detalla que estos recortes se concentran principalmente en bienes y servicios no esenciales, pero también afectan a productos de la canasta básica.

La crisis se profundiza en los hogares

El relevamiento subraya que el deterioro del poder adquisitivo es una preocupación central para la mayoría de las familias. El 80% de los encuestados afirmó haber modificado sus patrones de consumo para ajustarse a la realidad económica. Este dato es alarmante, ya que evidencia que los argentinos están optando por estrategias de supervivencia financiera, priorizando lo indispensable y postergando o eliminando otros gastos.

Entre los recortes más significativos, el estudio menciona la compra de indumentaria y calzado, un rubro que es de los primeros en ser afectado en tiempos de crisis. La reducción del consumo de carne, un alimento básico en la dieta argentina, también figura como un cambio notorio. Además, se observa una tendencia a la sustitución de primeras marcas por productos más económicos, lo que impacta directamente en las ventas de las grandes compañías y en la calidad percibida por el consumidor.

Más del 46% de los hogares no cubre sus gastos

El estudio también arroja una cifra que grafica la gravedad de la situación: el 46,3% de los hogares argentinos no logra cubrir sus gastos mensuales con sus ingresos actuales. Este número se desglosa en dos grupos principales: el 29,6% que manifestó llegar a fin de mes con «algunas dificultades» y un 16,7% que admitió tener «grandes dificultades» para solventar sus necesidades básicas.

Estas estadísticas reflejan una precarización de la economía doméstica que va más allá de un simple ajuste en el consumo. Pone de manifiesto que casi la mitad de la población se encuentra en una situación de vulnerabilidad económica, donde el ingreso ya no es suficiente para garantizar una estabilidad mínima.

Descontento social y político

El informe de Management & Fit no se limita a las cifras económicas, sino que también relaciona el deterioro financiero con un creciente malestar social. La encuesta se realizó en un contexto de fuerte rechazo a medidas gubernamentales recientes, como el veto presidencial al aumento de las jubilaciones y la emergencia por discapacidad. Este descontento político y social actúa como un amplificador de la crisis de consumo, creando un clima de incertidumbre y frustración entre la población.

El informe concluye que la crisis no es solo de índole económica, sino que también tiene profundas implicaciones sociales y políticas. La incapacidad de cubrir los gastos mensuales, sumada a la percepción de decisiones políticas que no favorecen a los sectores más vulnerables, genera un descontento que podría seguir creciendo en el futuro cercano.