Día del Niño y ventas de juguetes: La industria nacional preocupada por la caída y la importación

A pocos días del Día del Niño, la industria del juguete en Argentina enfrenta un panorama complejo. Con ventas modestas que no logran repuntar, la llegada masiva de productos importados a precios competitivos añade una presión extra que perjudica a los fabricantes locales.

La industria del juguete en Argentina atraviesa un momento de gran incertidumbre a pocos días de la celebración del Día del Niño. Pese a que la fecha suele ser un punto de inflexión para el sector, los fabricantes y jugueterías se enfrentan a un panorama de ventas bajas, que no logran recuperarse de la recesión que ha marcado los últimos dos años. Este estancamiento se suma ahora a un nuevo y preocupante factor: el aumento significativo de los juguetes importados, que están inundando el mercado local y ejerciendo una fuerte presión a la baja sobre los precios, lo que perjudica directamente a la industria nacional.

Según datos de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), las ventas de este año, aunque podrían mostrar una leve recuperación en los últimos días previos a la celebración, se espera que sigan por debajo de los promedios históricos. La esperanza de remontar las pérdidas sufridas en 2023, marcadas por la inflación post-PASO, y en 2024, con una recesión que impactó duramente en el consumo, parece desvanecerse. El único canal que ha mostrado un crecimiento significativo es el de las ventas online, con un aumento del 30% interanual, pero su impacto es limitado, ya que esta modalidad representa solo el 20% del volumen total de la comercialización de juguetes.

Precios por debajo de la inflación y el impacto de las importaciones

Una de las paradojas de esta situación es que la mayoría de los juguetes aumentaron sus precios por debajo de la inflación acumulada. Un relevamiento de Focus Market encontró que solo algunos productos, como los muñecos, se acercaron al 39% de inflación interanual a junio, mientras que artículos como autos a control remoto, monopatines y juegos de mesa registraron incrementos menores. Las bicicletas infantiles, por ejemplo, casi no mostraron subas. Esta moderación en los precios no ha sido suficiente para dinamizar el consumo de manera significativa, lo que refleja la debilidad del poder adquisitivo de las familias.

La principal razón detrás de estos precios relativamente bajos es, según la CAIJ, el alto nivel de importaciones. En el primer semestre de 2025, el valor de las importaciones de juguetes se disparó un 79%, alcanzando los USD FOB 58,3 millones. El incremento en volumen fue aún mayor, con un aumento del 108,7%, lo que se traduce en más de 10.500 toneladas de juguetes importados. Este flujo masivo de productos ha provocado una sobreoferta que obliga a los comercios a aplicar descuentos agresivos para poder vender su stock. Damián Di Pace, titular de Focus Market, explicó que esta situación genera una «presión a la baja sobre los precios y desafía a la industria local con menores escalas».

La industria nacional, la más perjudicada

Si bien las jugueterías pueden beneficiarse de una mayor variedad de productos a precios competitivos, el gran perjudicado de este panorama es el sector industrial nacional. La presencia masiva de importados va «en detrimento de la industria nacional, que respecto a todo el juguete está bastante complicada», según explicó un representante del sector. Las fábricas locales se ven obligadas a competir con productos de menor costo, muchas veces sin poder igualar los precios, lo que reduce su capacidad de producción y pone en riesgo la continuidad de los empleos en el sector.

La situación actual es un claro reflejo de la crisis económica general, donde el consumo se mantiene retraído. A pesar de los esfuerzos del sector por ofrecer precios competitivos, la falta de poder adquisitivo de los consumidores y la agresiva competencia de los productos importados crean un escenario muy difícil para la industria del juguete. De cara al Día del Niño, las expectativas de ventas son cautelosas, y la preocupación se centra en cómo el sector podrá afrontar este doble desafío para el resto del año.