Día de San Cayetano: por qué se celebra el 7 de agosto

Esta importante efeméride es festejada por los católicos que veneran en su día al santo patrono del pan y el trabajo.

Cada 7 de agosto, miles de fieles en Argentina y el mundo conmemoran el Día de San Cayetano, una de las figuras más veneradas de la Iglesia Católica, especialmente por quienes buscan o agradecen por el pan y el trabajo. La fecha de la celebración no es casual, sino que está directamente ligada a la muerte de este santo, ocurrida en 1547 en la ciudad de Nápoles, Italia. Su vida, marcada por la caridad, la austeridad y la confianza en la Divina Providencia, lo convirtió en un referente de esperanza para los más necesitados.

Cayetano de Thiene, nacido en Vicenza, Italia, en 1480, fue un presbítero que renunció a una vida de privilegios para dedicarse por completo a los pobres. La elección del 7 de agosto como fecha de su conmemoración se debe a que fue el día de su fallecimiento. Este hecho histórico, un punto de inflexión en la historia de su culto, se ha mantenido a lo largo de los siglos, convirtiéndose en el epicentro de peregrinaciones, misas y actos de devoción.

La historia de un santo: de la nobleza a la caridad

San Cayetano, cuyo nombre de nacimiento era Gaetano di Thiene, provenía de una familia noble y acomodada. Estudió Derecho en la Universidad de Padua, donde se destacó por su inteligencia y humildad. A los 25 años, se trasladó a Roma, donde fue nombrado protonotario apostólico en la corte del Papa Julio II, una posición de prestigio que le abría las puertas a una carrera brillante. Sin embargo, su vocación religiosa era más fuerte.

Decidido a vivir una fe más profunda y comprometida con los desfavorecidos, Cayetano renunció a su fortuna personal y a su cargo. A los 36 años, fue ordenado sacerdote y se dedicó a la caridad, la ayuda a los enfermos y a la promoción de la Eucaristía. Preocupado por la corrupción y el deterioro espiritual de su época, fundó la Orden de los Clérigos Regulares, conocidos como los Teatinos, junto a otros sacerdotes. El objetivo era fomentar una vida sacerdotal austera, solidaria y dedicada a la evangelización. Su trabajo incansable y su devoción le valieron el apodo de «Padre de la Providencia».

El patrono del pan y el trabajo en Argentina y el mundo

La devoción a San Cayetano como patrono del pan y del trabajo cobró una fuerza particular en Argentina, especialmente en épocas de crisis y desempleo. Miles de fieles se congregan cada 7 de agosto en los santuarios, siendo el más emblemático el de Liniers en Buenos Aires, para rezar, agradecer y pedir por un empleo digno y la subsistencia de sus familias.

Aunque San Cayetano es venerado por distintos motivos en otros lugares del mundo (en algunos se le considera el santo de los gestores administrativos, por ejemplo), en la cultura popular argentina su figura se asocia de manera inseparable con la protección laboral y la provisión de alimentos. Este simbolismo se basa en su propia vida, en la que su confianza en Dios para la subsistencia y su renuncia a las riquezas materiales sirvieron de ejemplo. Fue beatificado por el Papa Urbano VIII en 1629 y canonizado por Clemente X en 1671, consolidando su lugar en la historia de la Iglesia y en el corazón de sus fieles.