El lado oscuro de las vacaciones: Pediatras advierten sobre el abuso de pantallas en niños y adolescentes

Con el receso invernal, el tiempo que niños y adolescentes pasan frente a celulares, tablets y computadoras se dispara, encendiendo las alarmas de los especialistas. La Sociedad Argentina de Pediatría alerta sobre graves consecuencias en el desarrollo y la salud mental, un llamado que muchos padres prefieren ignorar.

Las vacaciones escolares, sinónimo de descanso y diversión, se han convertido en un período de preocupación creciente para pediatras y especialistas en salud mental. Con el aumento del tiempo libre, el uso de dispositivos electrónicos entre niñas, niños y adolescentes se dispara, exacerbando patrones de consumo problemático con consecuencias significativas. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) ha emitido una advertencia clara sobre los peligros de esta tendencia, instando a las familias a tomar conciencia y establecer límites. Silvia Pedrouzo, médica pediatra y presidenta de la subcomisión de Tecnologías de la Información y la Comunicación de la SAP, destacó en diálogo con FM Cielo que «con más tiempo libre, los chicos tienden a pasar más horas frente a las pantallas, y eso tiene consecuencias que ya estamos viendo en los consultorios».

Síntomas de alarma: Cómo identificar el impacto del uso excesivo

El impacto del uso desmedido de pantallas se manifiesta de diversas formas, dependiendo de la edad. En los más pequeños, los especialistas observan con preocupación retrasos en el lenguaje, problemas de comportamiento y dificultades para jugar, dormir o calmarse sin la mediación de un dispositivo. Estas señales tempranas son cruciales y, de no abordarse, pueden derivar en problemas más complejos a medida que el niño crece.

En edades escolares y adolescentes, la problemática se agrava y diversifica. Aparecen trastornos de atención, que repercuten directamente en el bajo rendimiento académico. En casos más severos, el uso excesivo de pantallas está relacionado con el aislamiento social, ansiedad, depresión e incluso, en situaciones extremas, conductas suicidas. Una señal de alerta fundamental, según Pedrouzo, es la pérdida de interés por otras actividades. «Cuando el uso de pantallas es la única motivación, cuando no hay ganas de salir, ver amigos o hacer actividad física, algo está pasando», advierte la especialista, subrayando la importancia de estar atentos a estos cambios en el comportamiento.

El inquietante auge de las apuestas online en menores

Más allá del tiempo de pantalla, un fenómeno particularmente alarmante durante las vacaciones es el acceso de menores a plataformas de apuestas online. Silvia Pedrouzo, quien participó en la encuesta Kids Online de UNICEF, reveló un dato preocupante: uno de cada cuatro varones de entre 12 y 17 años ha apostado dinero al menos una vez.

Esta situación se complica aún más por la facilidad con la que muchos adolescentes manejan billeteras virtuales. «Muchos chicos tienen acceso irrestricto al celular las 24 horas y lo usan con billeteras virtuales. Es un combo muy difícil de frenar», alerta la pediatra. Las consecuencias pueden ser graves, llevando a los adolescentes a endeudarse o, en algunos casos extremos, a contactar con prestamistas, exponiéndolos a riesgos financieros y personales considerables. La falta de supervisión y los vacíos legales en el control de acceso a estas plataformas son un caldo de cultivo para la ludopatía en edades cada vez más tempranas.

Estrategias familiares: Establecer límites y ofrecer alternativas reales

Frente a este escenario, la Sociedad Argentina de Pediatría ofrece recomendaciones claras y prácticas para las familias. La principal es establecer límites claros en el tiempo de uso de pantallas y, fundamentalmente, generar alternativas atractivas. Esto no implica necesariamente grandes gastos; a menudo, basta con promover encuentros presenciales, juegos de mesa, actividades físicas al aire libre o, simplemente, tiempo de calidad compartido en familia. «No hace falta gastar plata. A veces alcanza con invitar a un amigo a casa o salir a dar una vuelta», sugiere Pedrouzo.

Asimismo, la especialista hizo un llamado a la coherencia en el ejemplo adulto. «Si nosotros estamos todo el día con el celular, difícilmente podamos pedirles otra cosa a los chicos», enfatizó. La conducta de los padres y cuidadores es un espejo en el que los niños se miran, y un uso consciente de los dispositivos por parte de los adultos es esencial para modelar hábitos saludables.

Finalmente, ante cualquier señal de alarma o cambio significativo en el comportamiento de un niño o adolescente, la SAP recomienda consultar con el pediatra de cabecera o un profesional de salud mental. Las vacaciones, si bien pueden profundizar una dependencia no controlada, también representan «una oportunidad para reconectar» y fortalecer los lazos familiares, siempre y cuando se implementen límites claros y un entorno propicio para el desarrollo integral.