Insomnio en perros: ¿Pueden sufrir de trastornos del sueño como los humanos?

Algunos perros pueden tener serias dificultades para conciliar el sueño, con una serie de consecuencias negativas para su salud. Es crucial que los dueños aprendan a identificar las señales y tomen medidas para asegurar que sus mascotas obtengan el descanso necesario.

El sueño canino: más allá de estar acostado

Muchas veces, los perros emiten una serie de señales que, si se decodifican a tiempo, pueden prevenir el desarrollo de problemas graves de salud. El insomnio es una dificultad que se presenta bajo determinadas condiciones y que las personas deben procurar evitar para que el animal obtenga las horas de descanso que necesita.

El hecho de que un canino se encuentre acostado en su espacio no es garantía de que esté descansando y relajándose. Los perros pueden permanecer atentos a cada uno de los estímulos que suceden a su alrededor, lo que les impide alcanzar un sueño profundo y reparador. Por ello, es fundamental que el lugar de descanso del perro esté alejado de ruidos excesivos, luces brillantes y que no sea un área de constante tránsito de personas. De esta forma, el animal podrá concentrarse en dormir y así recuperar energías.

Causas del insomnio en perros y su impacto en la salud

Aunque un estudio de 2017 que involucró a 16 animales sugirió que los perros pueden «pensar en sus problemas» y mantenerse despiertos por la noche, es importante señalar que esta cantidad de participantes es limitada para establecer una generalidad, y que los perros suelen tener mayor facilidad para conciliar el sueño en condiciones adecuadas.

No obstante, los perros sí pueden sufrir insomnio debido a diversos factores. La falta de actividad física durante el día es una causa común, ya que un perro sin suficiente estimulación y ejercicio puede tener un exceso de energía que le impida relajarse por la noche. Además, ciertas condiciones de salud que les provocan dolores o molestias pueden impedirles descansar lo suficiente. En el caso de los perros de edad avanzada, el insomnio puede ser un síntoma de demencia senil.

Desde Wildflower Veterinary Services se enfatiza la importancia de no medicar a las mascotas con fármacos recetados para humanos, ya que muchos de ellos son considerados tóxicos para los animales y pueden generar graves efectos secundarios. Ante cualquier sospecha de insomnio o dificultad para dormir en un perro, lo más recomendable es consultar a un veterinario para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

Alimentos prohibidos para perros: ¡cuidado con lo que comen!

Así como el descanso es vital, la alimentación juega un rol crucial en la salud de los perros. Aunque puedan sentirse atraídos por los alimentos que consumimos los humanos, no todos son aptos para su organismo. Desde Filosofía Animal advierten: «No todos los perros reaccionan de igual manera frente a los riesgos de un alimento. Por eso, no hay que confiar si un perro una vez comió y no le pasó nada». Es esencial conocer y recordar los alimentos prohibidos para evitar que desarrollen problemas de salud graves:

  • Chocolate: Contiene teobromina y cafeína, ambas sustancias tóxicas para los perros.
  • Uvas y pasas: Aunque la toxina exacta aún no se ha identificado, pueden causar insuficiencia renal aguda. Es crucial evitarlas.
  • Cebolla, ajo, puerro y cebollín: Estos cuatro alimentos contienen tiosulfatos, compuestos que son nocivos para los perros y pueden provocar anemia.
  • Huesos cocidos: Se vuelven quebradizos y pueden astillarse, causando atragantamientos, obstrucciones o laceraciones internas.
  • Nueces y almendras: Son difíciles de digerir y pueden provocar problemas gastrointestinales. Algunas nueces, como las de macadamia, son tóxicas.
  • Edulcorantes (especialmente xilitol): El xilitol, presente en muchos productos «sin azúcar», es extremadamente peligroso para los perros. Puede provocar hipoglucemia severa, convulsiones, daño hepático y ser mortal incluso en pequeñas dosis.

Prestar atención a los hábitos de sueño y a la dieta de nuestros perros es fundamental para garantizar su bienestar y calidad de vida. Ante cualquier duda o síntoma preocupante, la consulta con un profesional veterinario es indispensable.