Importación de frutas y verduras eleva precios en góndola y preocupa a productores locales

El ingreso de frutas y verduras importadas en mayo generó un alza en los precios de góndola, afectando directamente al bolsillo de los consumidores argentinos. Un reciente relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) indicó que la naranja y la papa fueron los productos más impactados, con incrementos significativos en el Mercado Central de Buenos Aires, presionados por la llegada de alimentos provenientes de España, Egipto, Chile y Brasil.

Según el informe del CEPA, en mayo, el zapallo y la papa fueron las únicas verduras que experimentaron un aumento de precios en el Mercado Central, con subas del 27,8% y 1,3% respectivamente. Estas alzas, en un contexto de precios generalmente a la baja para otros productos frescos, se atribuyen directamente a la política de importación.

El impacto de la papa importada

El CEPA detalló que la recuperación del precio de la papa en la última semana de mayo se debió principalmente al ingreso de mercadería de Chile y Brasil. La papa chilena se cotizó a $1.036,7 por kilogramo, mientras que la brasileña alcanzó los $796,5 por kilogramo. Estos valores contrastan fuertemente con los precios de la producción nacional, que son «considerablemente más bajos», según el informe.

Por ejemplo, la papa proveniente de Río Negro tuvo un costo de $204,4 por kilogramo, la cultivada en Villa Dolores (Córdoba) se vendió a $366,7 por kilogramo, y la originaria del sudeste de Buenos Aires a $367,7 por kilogramo. La diferencia de precios es notoria, lo que lleva a cuestionar la efectividad de la importación como medida para reducir costos para el consumidor final.

La naranja: temporada alta con precios inflados por importación

La situación es similar para las frutas cítricas. El relevamiento del CEPA destacó que el Mercado Central recibió naranjas de España a $1.271,1 por kilogramo y de Egipto a $1.133,3 por kilogramo. Estos precios son significativamente más elevados que el promedio de $630,4 por kilogramo de la producción nacional, que proviene de provincias como Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Salta.

Es importante señalar que el otoño y el invierno son las estaciones de temporada alta para la naranja en Argentina. A partir de abril, la oferta nacional de las diferentes provincias productoras aumenta, lo que usualmente lleva a un descenso de los precios por la mayor disponibilidad. Sin embargo, la importación de fruta de España y Egipto, con valores más altos, contrarrestó esta tendencia natural.

Los precios de la naranja producida localmente son considerablemente más bajos: la de Entre Ríos rondó los $585,7 por kilogramo, la de Buenos Aires $611,1 por kilogramo, la correntina $658 por kilogramo, y la salteña $666,7 por kilogramo.

Impacto en productores locales y la política antiinflacionaria

El informe del CEPA no solo resalta el impacto en los precios al consumidor, sino que también lanza una alerta sobre la grave situación de los productores cítricos locales. La competencia con productos importados a precios más elevados, pero que igualmente presionan los valores en góndola, agrava la ya «crítica situación» de los agricultores argentinos.

Esta situación pone en tela de juicio la política de apertura importadora implementada con el objetivo de controlar la inflación. Si bien se buscaba generar una baja de precios a través de una mayor oferta, los datos del CEPA sugieren que, en mercados con distribución concentrada, esta estrategia ha tenido «tropiezos». De momento, la caída de precios en otros rubros parece explicarse más por la contracción del consumo y la necesidad de los comerciantes de impulsar ventas, que por una competencia efectiva de productos importados que realmente beneficien al consumidor.