Reforma jubilatoria en Argentina: Por pedido del FMI se debatiría subir la edad del retiro
El ministro de Economía confirmó que el proyecto de reforma previsional, medular para el acuerdo con el FMI, se enviará al Congreso después de las elecciones legislativas de 2025. La iniciativa, considerada políticamente sensible, apunta a incrementar la edad de retiro ante el aumento de la expectativa de vida y busca unificarla progresivamente en las próximas décadas.

El Gobierno nacional avanza en la planificación de una reforma integral del sistema previsional, que incluirá entre sus puntos centrales un incremento en la edad jubilatoria. Si bien es un tema de alta sensibilidad política, considerado un «piantavotos», el ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que el proyecto se enviará al Congreso después de las elecciones legislativas de 2025, con miras a implementar cambios estructurales a partir de 2026, en línea con los compromisos asumidos ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La confirmación oficial llegó después de que, hace tres meses, el entonces jefe de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Mariano de los Heros, fuera relevado de su cargo. Su «pecado» fue, según el texto, afirmar públicamente que se analizaba una reforma previsional, metiendo en la agenda un tema que la Casa Rosada quería manejar con una comunicación más preparada y estratégica. Peor aún, De los Heros habría dado precisiones sobre la intención oficial de subir la edad jubilatoria antes de tiempo. Tras su salida, asumió el tercer funcionario de la gestión libertaria al frente del organismo, Fernando Bearzi, un hombre de confianza de Caputo, especializado en el sistema previsional. La rotación en ANSES refleja la extrema sensibilidad de este organismo dentro de la administración.
Nadie duda de que uno de los principales objetivos de la reforma previsional, impulsada por el acuerdo con el FMI, será incrementar la edad jubilatoria, actualmente fijada en 65 años para los hombres y 60 para las mujeres. Esta diferenciación choca con una expectativa de vida que ha crecido significativamente en las últimas décadas. Según datos citados, en 40 años, la expectativa de vida de los hombres en Argentina subió de 65 a 76 años, y cada vez son más las personas que superan los 80 años.
El propio presidente Javier Milei había marcado la cancha sobre la secuencia de las reformas, señalando que “no se puede reformar el sistema previsional si no se reforma antes el sistema laboral”. Justamente se espera que el actual titular de ANSES, Fernando Bearzi, tenga un rol relevante cuando se empiece a avanzar con la reforma, dada su especialización y trabajos previos sobre el tema.
Los cambios en el sistema jubilatorio formaron una parte fundamental del reciente acuerdo con el FMI, un entendimiento que permite liberar desembolsos significativos por u$s20.000 millones para la Argentina y dio paso a la salida del cepo cambiario para individuos. El Gobierno prometió al Fondo avanzar en una reforma jubilatoria con el fin de seguir apuntalando el «ancla fiscal» del programa económico. Sin embargo, se definió que esta será la última de las grandes reformas a abordar, con un cronograma que la sitúa para 2026.
El acuerdo con el FMI fija compromisos para Argentina en materia de reformas estructurales vinculadas a políticas sociales, incluyendo el régimen jubilatorio y programas de asistencia. Específicamente, el país se comprometió a simplificar el actual sistema de jubilaciones y pensiones y abordar su sostenibilidad antes de diciembre de 2026.
Para hacer «sostenible» el sistema a largo plazo, se buscará una suba en la edad de retiro. La intención que se baraja es ir unificando progresivamente las edades de hombres y mujeres. Uno de los escenarios de cambio que se analizan es ir subiendo un año la edad para los hombres a partir de 2027, y dos años para las mujeres desde el mismo período, de tal forma de ir convergiendo para unificar la edad jubilatoria en torno de los 70 años a partir del 2030. Estos cambios, se advierte, deben ser analizados a fondo y requieren las verificaciones actuariales correspondientes. De respetarse esa lógica gradual planteada como posibilidad, en 2027 la edad sugerida sería de 66 años para hombres y 62 para mujeres; en 2028, 67 y 64; y en 2029, 68 y 66.
En paralelo a los compromisos de reforma, el Gobierno se comprometió ante el FMI a mantener la cobertura de programas sociales clave, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, garantizando al menos el 95% del valor de la canasta básica alimentaria durante todo el programa. Además, se completará la integración de bases de datos en un registro social único mediante la implementación del Sistema de Indicadores Sociales (SIS) para mejorar la focalización de la asistencia social, con un plazo fijado a diciembre de 2025.
Tal como anticipó el Presidente, antes de la reforma previsional, el Gobierno buscará avanzar con cambios en materia laboral. Estas modificaciones incluirían flexibilizaciones para negociar salarios y simplificar vínculos entre empresas y trabajadores. Un eje central será la introducción de cambios impositivos orientados a eliminar las barreras entre trabajadores informales y formales, buscando reducir significativamente el empleo «en negro», que actualmente afectaría a tres de cada diez empleados.
Según el reporte del staff del FMI, el gobierno trabajará en una reforma integral del sistema de pensiones centrada en mejorar tanto su equidad como su sostenibilidad. «La iniciativa propuesta buscaría optimizar el sistema fragmentado actual y armonizar mejor las contribuciones con las prestaciones, incluyendo impulsar la formalización del mercado laboral», indicó el organismo multilateral, subrayando la interconexión entre las reformas laboral y previsional para alcanzar los objetivos planteados.
El plan del Gobierno, delineado en el marco del acuerdo con el FMI, apunta a modificar la estructura del sistema previsional y laboral para lograr mayor sostenibilidad fiscal y formalización del empleo. Aunque la reforma jubilatoria, especialmente el punto de la edad de retiro, se presenta como uno de los cambios más sensibles y políticamente complejos, las autoridades han confirmado su intención de abordarlo a fondo una vez superadas las próximas instancias electorales y avanzadas otras reformas clave, buscando sentar las bases para un sistema que, según el reporte del FMI, armonice mejor las contribuciones con las prestaciones y se adecue a la realidad demográfica del país.