La canasta de medicamentos para jubilados sube más del doble que la inflación general en abril, según CEPA
El informe del Centro de Economía Política Argentina revela que los diez fármacos más consumidos por adultos mayores se encarecieron un 5% en el último mes, profundizando el deterioro del poder adquisitivo en un contexto de desregulación económica.

El acceso a medicamentos esenciales se ha convertido en un desafío cada vez mayor para los jubilados y pensionados argentinos. Un reciente relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) arroja luz sobre esta preocupante realidad al detallar cómo el precio de los fármacos de uso frecuente entre adultos mayores continúa escalando a un ritmo significativamente superior al de la inflación general. Durante el mes de abril, los diez medicamentos más consumidos por este segmento poblacional registraron un aumento promedio del 5%, cifra que más que duplica el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general para el mismo período, que fue del 2,8%.
El informe del CEPA no solo destaca la aceleración mensual en los precios de los medicamentos para adultos mayores – la canasta específica relevada por la entidad mostró una suba del 2,8% en abril, por encima del 1,1% de marzo – sino que también contextualiza la situación en un proceso de fuerte deterioro que se arrastra desde fines del año pasado. Según el análisis, desde la victoria electoral de Javier Milei en noviembre de 2023, los productos esenciales para este grupo etario acumulan una impactante inflación promedio del 237,1%. Los últimos dos meses de 2023 fueron particularmente críticos, con un incremento promedio del 77,2% y un pico del 40,9% en diciembre.
Este escenario de incrementos desproporcionados, advierte el CEPA, agrava seriamente el panorama para los jubilados y pensionados, quienes ven cómo una porción progresivamente mayor de sus ya de por sí ajustados ingresos debe ser destinada a cubrir sus necesidades de salud, principalmente la compra de medicamentos vitales.
El relevamiento puntualiza aumentos específicos que ilustran la magnitud del problema. El Atenolol Gador, utilizado habitualmente para tratar la hipertensión, se encareció un 5,7% en abril, pasando de $24.166,50 a $25.536,80. Otro caso significativo es el Glaucotensil TD, cuyo precio se elevó un 5,5%, de $35.825,20 a $37.795,60. Idéntica variación porcentual – 5,5% – se verificó en otros tres medicamentos clave para la población mayor: Louten, Calcimax D3 y Trapax. En el extremo con menor aumento dentro de este grupo, el Losacor registró una suba del 3,7%, pasando de $21.310,50 a $22.099.
Desde el organismo de estudios económicos señalan que esta dinámica de precios se inscribe en un contexto más amplio de desregulación económica impulsada por el actual gobierno, la cual, según sus autores, ha tenido un impacto directo y negativo en el poder adquisitivo de los ingresos de los adultos mayores.
Si bien a partir de abril se implementó una nueva fórmula de movilidad jubilatoria que buscaba recomponer los haberes, el informe del CEPA subraya que esta mejora no logra compensar la pérdida real generada por la inflación, particularmente en rubros esenciales como los medicamentos. A esto se suma la situación del bono de $70.000, que permanece congelado desde marzo de 2024. El CEPA calcula que, de haberse actualizado bajo el mismo criterio que los haberes jubilatorios, este bono debería ascender hoy a $154.400, evidenciando una clara licuación de su valor.
La entidad remarca la gravedad de esta pérdida de poder adquisitivo considerando que los adultos mayores consumen en promedio cinco medicamentos por mes. El aumento sostenido en el precio de estos bienes de primera necesidad impacta directamente en su calidad de vida y limita su capacidad para cubrir otras necesidades básicas como alimentación o servicios.
El análisis del CEPA también aborda la variación interanual de los precios. El incremento en los últimos doce meses de los diez medicamentos que más aumentaron fue del 52,3%, una cifra también superior al índice general interanual de abril, que se ubicó en 47,6%.
Entre los medicamentos con mayores subas interanuales se destacan el Glaucotensil TD, con un 60,7%, y el Acimed, con un 60,6%. El informe menciona específicamente el caso del Daflon, un venotónico y vasculoprotector fundamental para tratar la insuficiencia venosa crónica, una afección prevalente en el 70-80% de las personas mayores de 60 años. Este medicamento mostró un incremento del 48% en el último año. Otros fármacos con subas interanuales significativas fueron el Lasix (Furosemida), un diurético ampliamente usado para la hipertensión, con un 47,9%, y el Asotrex, indicado para patologías como artrosis y espondilosis, que aumentó un 53,1%.
En conclusión, el informe del CEPA pone de manifiesto la creciente dificultad que enfrentan los jubilados y pensionados para acceder a los medicamentos que necesitan. La combinación de aumentos mensuales y interanuales muy por encima de la inflación general, en un contexto de ingresos que no logran seguir el ritmo del costo de vida y bonos desactualizados, configura un escenario que impacta negativamente en la salud y el bienestar de la población de adultos mayores, volviendo cada vez más crítica la sostenibilidad de su poder de compra para cubrir necesidades médicas básicas.