Molinos sufre el impacto de la caída del consumo y reporta pérdidas significativas
La principal productora de alimentos del país vio cómo sus ganancias se desplomaron en el último trimestre, golpeada por una inflación que superó ampliamente los aumentos de precios y una marcada retracción en el consumo masivo.

En un contexto económico desafiante, marcado por una fuerte disputa por los precios con el Gobierno nacional y una persistente caída en el consumo, Molinos Río de la Plata, gigante de la industria alimenticia argentina, anunció un balance trimestral con pérdidas significativas. La compañía, con una amplia presencia en las góndolas de todo el país, informó que este resultado negativo, correspondiente al primer trimestre del año, se debió principalmente a un desfasaje entre el aumento de sus costos y los precios de sus productos.
Según el informe presentado por la empresa, los costos de venta unitarios experimentaron un incremento nominal del 24,0%, mientras que los precios solo se ajustaron en un 8,4%. Esta disparidad generó un resultado neto negativo de $5.460 millones. A su vez, los ingresos netos de la compañía alcanzaron los $199.544 millones al cierre del primer trimestre, lo que representa una caída real del 25,9% en comparación con el mismo período del año anterior.
Si bien Molinos logró un aumento del 6,1% en el volumen de ventas en el mercado local, este incremento en la cantidad de productos comercializados se vio ampliamente contrarrestado por una fuerte caída en los precios reales. La empresa explicó que los ajustes de precios durante el último año móvil (8,4% nominal) quedaron considerablemente por debajo de la inflación registrada por el INDEC en el mismo período, que alcanzó el 55,9%.
«Ante un escenario de consumo aún deprimido, en el que las principales consultoras de mercado registraron una caída de 8,6% trimestre contra trimestre, la Sociedad mantuvo su enfoque de preservar el adecuado posicionamiento de sus marcas, procurando ofrecer la mayor accesibilidad posible a los consumidores en cada una de las categorías en las que opera», señaló la compañía en su balance.
Luces en un panorama complejo
A pesar del panorama general negativo, el balance de Molinos arrojó algunos datos positivos. La empresa destacó haber logrado un «incremento generalizado en la participación de mercado», lo que sugiere que su estrategia de mantener precios competitivos, aunque afectó su rentabilidad en el corto plazo, le permitió ganar terreno frente a sus competidores.
Otro aspecto destacable fue el importante crecimiento de las exportaciones, que registraron un aumento del 32% durante el primer trimestre. Este incremento en las ventas al exterior podría ofrecer un respiro a la compañía en un contexto de demanda interna debilitada.
En su informe, Molinos también hizo mención a las medidas que está implementando para hacer frente al adverso contexto económico. «Frente a este entorno de gran presión competitiva y con el propósito de optimizar la ejecución de su plan de negocios, la Sociedad intensificó la gestión y revisión de sus costos operativos y gastos centrales, implementando un estricto programa de control, buscando generar eficiencias y mejoras en todos los procesos operativos», detalló la empresa.
De cara al futuro, Molinos se mostró optimista en cuanto a una posible recuperación del consumo. «A partir de la recuperación del ingreso disponible de los hogares la Sociedad buscará equilibrar paulatinamente el desfasaje registrado entre el aumento de precios y los costos de venta», indicó en su balance.
Finalmente, la compañía reafirmó su compromiso con los consumidores y su estrategia a largo plazo. «Enfrentando los desafíos de corto y mediano plazo, la Sociedad continuará enfocada en el consumidor, sus marcas, la productividad y la eficiencia para seguir acompañando a los argentinos con productos cada vez más saludables, ricos, prácticos y accesibles», concluyó el informe trimestral de Molinos.
La presentación de este balance negativo por parte de una empresa líder como Molinos pone de manifiesto el fuerte impacto que la caída del consumo y la inflación están teniendo en el sector productivo argentino, generando preocupación sobre la sostenibilidad y rentabilidad de las empresas en el actual escenario económico.