El Cardenal Robert Prevost, de raíces estadounidenses y corazón peruano, emerge como León XIV
Tras una fumata blanca que congregó a miles en San Pedro, el Vaticano anunció la elección del purpurado agustino, quien gran parte de su vida pastoral la desarrolló en Perú. En sus primeras palabras, evocó a su predecesor Francisco, llamó a la paz y a una Iglesia misionera de puentes y diálogo.

Ciudad del Vaticano.– En una jornada cargada de expectación y fervor, la Iglesia Católica tiene un nuevo Sumo Pontífice. El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, O.S.A., de 69 años, ha sido elegido Papa y ha tomado el nombre de León XIV. El anuncio, precedido por la tradicional fumata blanca que tiñó el cielo romano en la tarde de un jueves, culminó con el solemne «Habemus Papam» proclamado desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, desatando la emoción de los miles de fieles congregados.
Nacido en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955, la trayectoria de Robert Prevost está profundamente ligada a Latinoamérica, y en particular a Perú, donde pasó una parte considerable de su vida y ministerio, llegando incluso a obtener la nacionalidad peruana. Esta conexión latinoamericana, sumada a un perfil pastoral descrito como dialogante y cercano a las líneas de su predecesor, el Papa Francisco, ha marcado las primeras interpretaciones sobre la orientación de su pontificado.
En su primer discurso como León XIV, dirigido a la multitud en la Plaza de San Pedro y al mundo entero, el nuevo Papa hizo un fuerte llamado a la paz mundial y a la inclusión, mostrando una clara sintonía con el magisterio de Francisco. «Dios nos ama a todos incondicionalmente,» afirmó con voz firme, antes de dedicar un emotivo recuerdo a quien lo antecedió en la Cátedra de Pedro. «Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma y daba también su bendición al mundo entero esa mañana de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición. Dios nos quiere mucho, nos ama a todos. El mal no prevalecerá», pronunció, generando una ovación en la plaza en memoria del pontífice fallecido. La gratitud hacia Francisco fue una constante, agradeciéndole explícitamente y provocando un aplauso conmovido entre los presentes.
El nuevo Obispo de Roma instó a los fieles a permanecer «unidos y sin miedo», y a «ayudarnos unos a los otros» para construir puentes «con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz».
La elección de León XIV se produjo, según trascendió, este miércoles, durante la tercera votación del cónclave cardenalicio. Al agradecer a los cardenales electores, el Papa Prevost los convocó a «caminar juntos como Iglesia unida buscando siempre la paz, la justicia y trabajar como hombres y mujeres fieles, sin miedo para proclamar el Evangelio y ser misioneros». Con una visión esperanzadora, el religioso agustino añadió: «podemos caminar todos juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado».
Dentro de su mensaje inicial, tuvo palabras especiales para la Iglesia de Roma, de la cual es ahora su obispo, y delineó su anhelo de una «Iglesia misionera, que construye puentes de diálogo, siempre abierta y dispuesta a recibir con los brazos abiertos a todos». Antes de impartir su primera bendición Urbi et Orbi, invitó a todos los fieles a rezar.
Figuras cercanas al nuevo pontífice lo describen como un hombre de profunda espiritualidad y con una notable capacidad de gestión, demostrada durante sus años de servicio en diversas responsabilidades dentro de la Orden de San Agustín y, más recientemente, en la Curia Romana. Su conocimiento directo de las realidades eclesiales en diferentes continentes, especialmente el americano, le otorga una perspectiva global. Se ha señalado también su postura divergente respecto a algunas ideas del expresidente estadounidense Donald Trump, lo que podría interpretarse como una señal de su compromiso con ciertos valores sociales y humanitarios.
La elección de un Papa estadounidense, aunque con una fuerte impronta latinoamericana por su vivencia y nacionalización peruana, abre un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica. Su nombre, León XIV, evoca a pontífices que en el pasado han abordado importantes cuestiones sociales y doctrinales, sugiriendo una posible línea de continuidad con la Doctrina Social de la Iglesia y un papado atento a los desafíos del mundo contemporáneo. Los próximos meses serán cruciales para observar los primeros gestos, nombramientos y documentos que comenzarán a definir las prioridades y el estilo del pontificado de León XIV, un pastor que llega al Solio Pontificio con la experiencia de dos mundos y un llamado a la unidad y la misión.