Discriminación silenciosa: Siete de cada diez empresas no contrataron mayores de 55 años en el último año
Un relevamiento en Argentina expone la cruda realidad del mercado laboral para la "Generación Silver": la edad se consolida como un obstáculo significativo, a contramano de las tendencias demográficas globales que exigen mayor inclusión.

El mercado laboral argentino presenta un desafío cada vez más pronunciado para los trabajadores de mayor edad. Un reciente estudio, fruto de la colaboración entre Bumeran, Great Place To Work Argentina y la organización Diagonal, ha puesto de manifiesto las serias barreras que enfrentan las personas mayores de 50 años tanto para ingresar como para mantenerse activas en el ámbito corporativo. Los datos son elocuentes y revelan un sesgo generacional que impacta directamente en las oportunidades de empleo.
Según el relevamiento, a pesar de que la experiencia y el compromiso suelen ser cualidades altamente valoradas en el ámbito profesional, la representación de empleados de entre 50 y 65 años dentro de las compañías es llamativamente baja, constituyendo apenas el 7,41% de la dotación total de personal. Esta cifra contrasta fuertemente con la composición mayoritaria de las plantillas, donde casi la mitad de los empleados actuales se ubica en la franja de entre 30 y 40 años, y un tercio pertenece al rango de 20 a 30 años.
La dificultad para los trabajadores senior se evidencia con contundencia en las estadísticas de contratación del último año. El 68% de las empresas encuestadas admitió no haber incorporado a ninguna persona mayor de 55 años durante ese período. Ampliando el rango, un significativo 88% de las compañías contrató a menos de cinco individuos de esta franja etaria.
Federico Barni, CEO de Bumeran, fue categórico al analizar los resultados: «La baja representación es evidente: en casi 7 de cada 10 organizaciones no se contrató a ninguna persona mayor de 55 años en el último año. Además, solo el 7% del talento en las organizaciones pertenece al rango de 50 a 65 años. Esto evidencia una baja representación de esta generación en el mundo laboral», explicó, subrayando la magnitud de la exclusión.
La percepción de los reclutadores refuerza este panorama. Más de la mitad de los consultados (55%) reconoció abiertamente que la edad es un factor determinante al evaluar a los candidatos. Alarmantemente, un 40,74% de las empresas admitió incluir rangos etarios específicos en sus avisos de búsqueda de personal, una práctica que discrimina de manera directa a los postulantes que no se ajustan a dichos criterios de edad.
Desde la perspectiva de los propios afectados, el panorama es igualmente desalentador. El 61% de las personas mayores encuestadas considera que su edad continúa siendo una condicionante crucial a la hora de buscar empleo. Un desolador 54% afirmó haber sido descartado en procesos de selección a pesar de cumplir cabalmente con todos los requisitos exigidos para el puesto al que aplicaban. Un contundente 77% de estos postulantes cree firmemente que la edad es un factor definitorio en la decisión final al elegir un nuevo talento.
Expertos en el ámbito laboral y de recursos humanos alertan sobre las consecuencias de esta tendencia, que choca de frente con el inevitable contexto demográfico global. Con una esperanza de vida en constante aumento y una tasa de natalidad en descenso en numerosas partes del mundo, las proyecciones de Naciones Unidas indican que para el año 2036 habrá más personas mayores de 60 años que menores de 10 a nivel global. Ante este escenario, la integración efectiva del talento senior deja de ser una opción para convertirse en una necesidad estratégica impostergable para la sostenibilidad y competitividad de las organizaciones.
Carlos Alustiza, CEO de Great Place to Work Argentina, hizo un llamado a la reflexión sobre este fenómeno: «En Great Place to Work creemos que el futuro del trabajo se construye valorando la experiencia, no descartándola. Es momento de romper con los prejuicios y abrazar la riqueza que trae la diversidad generacional», afirmó. Añadió que «La Generación Silver (más de 55 años) no solo tiene historia: tiene visión, tiene fuerza, y tiene muchísimo por aportar. Hoy más que nunca, necesitamos espacios donde todas las edades sumen, aprendan juntas y lideren el cambio hacia un mundo laboral más justo, más sabio y más humano». Sus palabras resaltan la urgencia de un cambio de paradigma que reconozca el valor intrínseco de la experiencia y el conocimiento acumulado por los trabajadores de mayor edad, promoviendo entornos laborales verdaderamente inclusivos y equitativos.