Encuesta revela caída de confianza en el gobierno y 80% reporta dificultades económicas con problemas para llegar a fin de mes

Una reciente encuesta revela un marcado pesimismo sobre el futuro económico y una creciente dificultad para llegar a fin de mes, erosionando el capital político del presidente Milei.

La luna de miel parece haber terminado para el gobierno de Javier Milei. Aquella promesa de un futuro próspero, forjado a través de un presente de sacrificios, se desvanece en la percepción de una ciudadanía cada vez más acuciada por la realidad económica. Un sondeo exclusivo de la consultora Proyección, al que accedió este medio, dibuja un panorama sombrío: la confianza en la gestión oficial se tambalea, ocho de cada diez argentinos reportan problemas para cubrir sus gastos básicos y la preocupación central radica en la constante pérdida de poder adquisitivo de sus salarios.

Cuando Milei asumió el mando, no escatimó en pintar un escenario apocalíptico heredado, inflando cifras de inflación y vaticinando un duro ajuste inicial. El mensaje caló hondo en una población esperanzada en un cambio de rumbo. Sin embargo, la paciencia parece agotarse. Aquel oasis prometido en el horizonte comienza a difuminarse, dejando tras de sí la sensación de un espejismo.

Los números de la encuesta de Proyección son elocuentes. Un significativo 44% de los encuestados anticipa que la situación económica del país empeorará o se mantendrá igual de crítica en los próximos meses. Esta visión pesimista se traslada al plano personal, donde la angustia por no llegar a fin de mes encabeza las preocupaciones del 34,6% de los consultados. La inseguridad, con un 28,9%, ocupa un segundo lugar inquietante, mientras que el temor a una “crisis total” acecha a casi el 20% de la población. La vieja máxima de que “es la economía, estúpido” resuena con fuerza en estos datos.

Un dato particularmente sensible para la Casa Rosada emerge de la comparación con la gestión anterior. Al ser consultados sobre la situación económica actual en relación con la de Alberto Fernández, un 46,9% considera que está igual de mal o peor. Este virtual empate con un gobierno que el oficialismo no dudó en catalogar como “el peor de la historia” enciende alarmas sobre la efectividad del relato mileísta.

Santiago Giorgietta, director de Proyección, explica este cambio en la opinión pública señalando el impacto del caso Libra y, fundamentalmente, el deterioro de la situación económica. “Volvió a aparecer la inflación entre los principales problemas del país y no llegar a fin de mes es el tema central para los argentinos”, subraya el consultor. La contundente cifra de que solo el 20% de los encuestados afirma llegar a fin de mes con capacidad de ahorro es un indicador clave de este vuelco en la tendencia.

Giorgietta desarticula dos pilares del discurso oficial: la promesa de una inflación controlada de manera abrupta y la idea de un crecimiento económico independiente de la disponibilidad de recursos. “Si no hay un cambio en los próximos meses, la tendencia declinante va a empeorar”, advierte.

El estado de ánimo general de la población también refleja este desencanto. Un abrumador 62,1% experimenta emociones negativas como bronca, tristeza, miedo y resignación, frente a un 34,8% que aún alberga esperanza y confianza. Este tercio optimista parece constituir el núcleo duro de apoyo al gobierno.

Sin embargo, incluso la valoración de la gestión actual presenta matices preocupantes para el oficialismo. Si bien un 45,6% la considera positiva, frente a un 48,5% que la evalúa negativamente, Giorgietta advierte sobre la fragilidad de este respaldo. “El núcleo duro que la valora bien o muy bien se redujo al 30%. Es un sector tiene un sesgo ideológico muy fuerte”, analiza.

En el terreno electoral, este clima de opinión comienza a traducirse en intenciones de voto que podrían complicar el panorama legislativo para el oficialismo. Un 53,9% de los encuestados manifiesta su intención de votar a un candidato opositor en las próximas elecciones legislativas con el objetivo de ponerle un límite a Milei. En contraposición, un 45% se inclinaría por un candidato que respalde al presidente para profundizar las reformas. Estos números sugieren que, a pesar del desgaste, el gobierno aún conserva un importante caudal de apoyo.

En cuanto a la intención de voto por espacio político, el peronismo-kirchnerismo lidera con un 31,6%, seguido de cerca por La Libertad Avanza con un 29,3%. La crisis de representación en los partidos tradicionales de Juntos por el Cambio se evidencia en el magro 6,4% del PRO y el 3,7% del radicalismo a nivel nacional.

“El peronismo mantiene estable su intención de voto”, explica Giorgietta, mientras que “Milei mantiene ese núcleo duro del 30% y la mayoría de los indecisos son votantes de lo que fue Juntos por el Cambio”. El consultor destaca que el núcleo duro de apoyo al gobierno se caracteriza por un fuerte sesgo ideológico, priorizando el rechazo al peronismo por encima de la evaluación de la gestión actual.

En definitiva, la encuesta de Proyección pinta un escenario de creciente desilusión y urgencia económica, donde la confianza en el gobierno de Javier Milei comienza a erosionarse ante la dificultad de una parte significativa de la población para llegar a fin de mes. Si bien el oficialismo aún conserva un importante respaldo, la tendencia marca un punto de inflexión que demandará respuestas concretas para recuperar la esperanza de una ciudadanía cada vez más golpeada por la realidad.