Automotrices en jaque: despidos y suspensiones golpean al sector
Toyota reduce su personal con cesantías diarias en Zárate, mientras General Motors suspende operaciones en Alvear y achica su plantilla. El ajuste en la industria automotriz no da tregua.

La industria automotriz atraviesa un momento crítico en Argentina. La baja en las ventas y las restricciones a las importaciones están dejando una estela de despidos y suspensiones en las principales terminales del país. Toyota y General Motors, dos gigantes del sector, recortan personal y ajustan su producción en un contexto de incertidumbre económica.
Toyota, que opera en la ciudad bonaerense de Zárate, está reduciendo su plantilla de manera drástica. Según fuentes gremiales, los despidos son «casi diarios» y afectan no solo a los operarios, sino también a la representación sindical. Smata, el gremio de los mecánicos, pasó de tener 70 delegados a solo 7, reflejando el impacto del ajuste.
Los trabajadores son notificados antes de iniciar su turno de que han sido desvinculados por «reestructuración» y reciben la indemnización correspondiente. En los primeros tres meses del año, al menos 150 empleados fueron despedidos, y se estima que la cifra podría aumentar en los próximos meses debido a la automatización y la caída de la demanda.
Por su parte, General Motors enfrenta un escenario similar en su planta de Alvear, Santa Fe. La compañía paralizó su producción el 25 de marzo y permanecerá inactiva hasta el 14 de abril. La empresa argumentó que la medida busca adecuar la producción a la caída de la competitividad en Brasil, principal destino de sus exportaciones, afectado por la devaluación del real.
El parate de GM se suma a un proceso de ajuste que comenzó en enero, cuando la compañía lanzó un plan de retiros voluntarios al que se acogieron 260 empleados, mientras que otros 49 fueron despedidos. En total, la automotriz redujo su plantilla en 309 trabajadores en lo que va del año, lo que representa casi el 50% de su personal en la planta de Alvear.
El achique no es nuevo: en el último año, GM se desprendió de 500 empleados, incluyendo 167 retiros voluntarios y 33 despidos en abril de 2023. La constante reducción de personal expone la fragilidad del sector, que enfrenta una caída del mercado interno y restricciones que complican la importación de insumos clave para la producción.
El ajuste en la industria automotriz sigue su curso y deja a cientos de trabajadores en la incertidumbre. La combinación de factores como la caída en las ventas, las trabas a las importaciones y la pérdida de competitividad en Brasil pone en jaque a un sector clave de la economía. Mientras las automotrices reestructuran sus operaciones, los operarios pagan el precio más alto: el de perder su fuente de trabajo en un contexto de crisis generalizada.