El mercado desconfía: los dólares del FMI no calman la crisis
La danza de números y promesas del equipo económico no logra convencer a los inversores, que ven en cada gesto una contradicción. Mientras el ministro Luis Caputo intentó calmar las aguas con cifras optimistas sobre el acuerdo con el FMI, la vocera del organismo internacional matizó sus palabras, generando más incertidumbre. En este clima, el mercado no pierde tiempo y sigue apostando por los dólares baratos del Banco Central.

La intervención de Caputo asegurando que el país recibiría un refuerzo de US$20.000 millones por parte del FMI y otros organismos internacionales no tardó en ser relativizada por la vocera del Fondo, Julie Kozack, quien habló de un acuerdo en proceso y no cerrado. Esta disonancia entre las declaraciones oficiales y la postura del FMI no pasó desapercibida y golpeó la credibilidad del Gobierno ante los inversores. Como resultado, el Banco Central tuvo que desprenderse de otros US$84 millones para contener la demanda de divisas, profundizando la tendencia negativa de sus reservas.
El panorama es preocupante: con esta última intervención, el BCRA acumula nueve jornadas consecutivas de ventas netas, totalizando US$1445 millones en pérdidas. Esta cifra representa el 5,52% de sus reservas totales, que han caído a su nivel más bajo en 14 meses. Es evidente que la estrategia oficial de transmitir confianza no está dando resultados.
Caputo intentó instalar la idea de que con los desembolsos pendientes y el apoyo de organismos multilaterales, las reservas brutas del país podrían alcanzar los US$50.000 millones. Sin embargo, la falta de detalles sobre el esquema cambiario y el cronograma de desembolsos dejó al mercado con más dudas que certezas. El mensaje fue claro: el Gobierno quiere que los ahorristas dejen de comprar dólares y que los exportadores liquiden divisas, pero sin ofrecer garantías firmes de estabilidad cambiaria.
Incluso el presidente Javier Milei intervino con declaraciones para reforzar la idea de que no habrá «sorpresas» en materia cambiaria. Sin embargo, el mercado no se mueve con discursos, sino con señales concretas, y lo que ve es un Banco Central debilitado que sigue obligado a vender dólares para contener la presión sobre el tipo de cambio.
En este escenario, la jornada cambiaria mostró una suba del dólar mayorista, que cerró en $1072,25, respetando el ajuste mensual del 1% definido por el Gobierno. Pero más allá de la cotización, lo llamativo fue el volumen operado, que aumentó un 34%, alcanzando los US$471 millones. En este contexto, el BCRA tuvo que aportar el 17% de las divisas negociadas en el día, lo que evidencia su papel de bombero en un mercado que no deja de avivar las llamas de la incertidumbre.
El Gobierno sigue en un juego peligroso: intenta calmar a los mercados con declaraciones grandilocuentes, pero los hechos desmienten el relato. Mientras no haya definiciones claras sobre el esquema cambiario y los fondos del FMI sigan siendo solo una promesa, el Banco Central seguirá perdiendo dólares y la confianza de los inversores seguirá evaporándose. Porque en economía, los discursos pueden maquillar la realidad, pero no cambiarla.