El renacer de una maldición: Furia de Titanes vuelve del olvido al top de streaming
Lo que antes fue destrozado por la crítica hoy es un fenómeno en streaming. "Furia de Titanes" renace en Max y se convierte en un inesperado éxito. ¿Estamos ante un clásico incomprendido o simplemente la nostalgia nos ha ganado la batalla?

En el vasto Olimpo del cine de acción, pocas películas han vivido una resurrección tan inesperada como «Furia de Titanes» (2010). Destinada al olvido tras su estreno y vapuleada por la crítica, hoy sorprende colándose en el Top 10 de Max. Parece que la audiencia ha decidido darle una segunda oportunidad a esta superproducción mitológica. Pero, ¿realmente vale la pena o es solo un capricho de la era del streaming?
Con la dirección de Louis Leterrier, «Furia de Titanes» es un remake del clásico de 1981 que se atreve a reimaginar la leyenda de Perseo (Sam Worthington), el semidios con cara de soldado genérico que desafía a los mismísimos dioses del Olimpo. La trama nos lleva a un mundo donde Zeus (Liam Neeson, con su infaltable voz de mando) y Hades (Ralph Fiennes, en modo «Voldemort con toga») juegan su enésima disputa familiar a costa de la humanidad. En medio de este caos, Perseo se ve obligado a liderar una misión suicida para acabar con el Kraken y salvar la ciudad de Argos. Una historia de venganza, monstruos y dioses vengativos, aderezada con una lluvia de efectos especiales.
La película fue diseñada como un festín de acción, pero en su estreno fue sepultada por las críticas. Se le acusó de tener un guion insulso, actuaciones acartonadas y un 3D tan desastroso que mareó hasta al más curtido espectador. Sin embargo, algo cambió con el tiempo: tal vez la nostalgia, tal vez la falta de opciones, pero «Furia de Titanes» ha encontrado en el streaming un refugio donde las expectativas son más flexibles y la acción pura tiene su propio valor.
Más allá de los defectos evidentes, hay razones por las que este film ha vuelto a captar la atención. Su ritmo frenético, la presencia de criaturas mitológicas y escenas de batalla que, aunque exageradas, cumplen con su cometido de entretener. Worthington hace lo justo para no arruinar la experiencia, mientras que Neeson y Fiennes salvan la función con su sola presencia. Gemma Arterton, en el papel de Ío, añade un toque de misterio que ayuda a equilibrar el desfile de testosterona y explosiones digitales.
«Furia de Titanes» nunca aspiró a ser una joya del cine, pero en la era del streaming ha encontrado una segunda vida como un placer culposo. No es «Troya», no es «Gladiador» y mucho menos «300». Pero si buscas un rato de acción mitológica sin demasiadas pretensiones, es una opción digna de una maratón de domingo. La crítica la destrozó, pero el público parece haber decidido lo contrario. ¡Larga vida al Kraken! O al menos hasta que el algoritmo decida otra cosa.