La riqueza de la lengua materna en un mundo globalizado
Cada 21 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, una fecha instaurada por la UNESCO en 1999 para promover la diversidad lingüística y el multilingüismo. Más que una efeméride, es una oportunidad para reflexionar sobre el papel fundamental que juega la lengua materna en la identidad, la educación y la preservación de las culturas.
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La lengua materna es el primer contacto del ser humano con el mundo. A través de ella, no solo se adquieren conocimientos, sino que se estructura el pensamiento y se transmite la historia de generaciones. Sin embargo, según datos de la UNESCO, cada dos semanas desaparece un idioma, lo que significa la pérdida de un vasto acervo cultural.
En Argentina, conviven el español y múltiples lenguas originarias, como el quechua, el guaraní y el mapudungun. Aunque en los últimos años ha habido avances en el reconocimiento y enseñanza de estas lenguas, muchas aún enfrentan un proceso de desplazamiento frente a idiomas hegemónicos. La falta de políticas efectivas de enseñanza bilingüe y la escasa presencia en medios de comunicación son algunos de los desafíos para su preservación.
El acceso a la educación en la lengua materna es clave para el desarrollo cognitivo y social de los niños. Según estudios, aquellos que aprenden en su idioma de origen tienen un mejor desempeño académico y mayor autoestima. A pesar de esto, millones de niños en el mundo aún reciben enseñanza en lenguas que no comprenden completamente, lo que limita sus oportunidades de aprendizaje.
El avance de la globalización y la hegemonía de ciertos idiomas, como el inglés, han generado preocupaciones sobre la homogeneización lingüística. Si bien el conocimiento de lenguas extranjeras abre puertas en el ámbito laboral y académico, su expansión no debería darse a costa del debilitamiento de las lenguas minoritarias. La diversidad lingüística no solo es un derecho cultural, sino también un elemento clave para la creatividad, la innovación y la construcción de sociedades inclusivas.
Conservar la lengua materna implica promover su enseñanza, fomentar su uso en espacios públicos y garantizar su presencia en medios de comunicación. Desde la literatura hasta las redes sociales, cada iniciativa que impulse el uso de lenguas originarias contribuye a su fortalecimiento.
El Día Internacional de la Lengua Materna nos recuerda que el idioma es más que un medio de comunicación: es memoria, identidad y patrimonio. Protegerlo es una responsabilidad compartida que trasciende fronteras y generaciones.