Rompiendo barreras: El futuro de las mujeres y niñas en la ciencia y la tecnología

Cada 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha que resalta la importancia de garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento y al desarrollo profesional en áreas tradicionalmente dominadas por hombres.

A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado barreras significativas para acceder a la educación y la investigación científica. Aunque los avances en las últimas décadas han sido notables, persisten desigualdades que limitan su participación en campos como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Según datos de la UNESCO, menos del 30% de los investigadores en el mundo son mujeres, y solo un pequeño porcentaje ocupa posiciones de liderazgo en instituciones académicas y centros de innovación.

Uno de los principales desafíos es el sesgo de género que, desde edades tempranas, influye en la percepción de las niñas sobre sus propias capacidades en matemáticas y ciencias. Factores socioculturales, estereotipos y falta de referentes femeninos en estos campos contribuyen a una brecha que se perpetúa con el tiempo. Es fundamental fomentar iniciativas que promuevan vocaciones científicas en las niñas, brindarles modelos a seguir y garantizar un entorno libre de discriminación.

En Argentina, distintas instituciones y programas trabajan para reducir esta brecha. Organizaciones como el CONICET y la Fundación Sadosky han impulsado becas y proyectos para incentivar la participación femenina en la investigación y el desarrollo tecnológico. Además, universidades y empresas tecnológicas han implementado políticas de equidad para aumentar la representación de mujeres en sus equipos de trabajo y liderazgo.

El reconocimiento de mujeres pioneras en la ciencia también juega un papel clave en esta transformación. Nombres como Marie Curie, Lise Meitner y Rosalind Franklin han abierto camino para generaciones futuras, demostrando que el talento y la capacidad no están determinados por el género. En el ámbito local, figuras como Dora Barrancos y Gabriela González han dejado huella en la investigación y la divulgación científica.

Garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación y la investigación científica no es solo una cuestión de justicia social, sino también un factor clave para el desarrollo sostenible y la innovación. Romper con los estereotipos de género y fomentar la participación activa de niñas y mujeres en la ciencia es un compromiso que debe involucrar a gobiernos, instituciones educativas y la sociedad en su conjunto.