Histórico derrumbe en el consumo de alimentos básicos en Argentina

Un informe revela que el consumo de leche, carne y yerba mate cayó a niveles mínimos en décadas. La fuerte recesión y la pérdida de poder adquisitivo impactan de lleno en la alimentación de los argentinos.

El ajuste económico implementado por el gobierno de Javier Milei generó un desplome inédito en el consumo de alimentos esenciales. Un reciente informe de las fundaciones Encuentro e Innovación con Inclusión revela que la caída en la ingesta de leche, carne y yerba mate alcanzó niveles que no se registraban en hasta un siglo.

El estudio arroja cifras alarmantes sobre la crisis alimentaria que atraviesa el país en 2024. La fuerte retracción del poder adquisitivo y la recesión impactaron directamente en el acceso a productos clave para la dieta de la población. Mientras la inflación desacelera, la baja del consumo se consolida como un síntoma de empobrecimiento generalizado.

Un desplome sin precedentes

Uno de los datos más impactantes del informe es el consumo per cápita de leche, que registró su nivel más bajo en 34 años. En 2024, los argentinos consumieron la misma cantidad de leche que en 1990, cuando el país transitaba otra crisis económica profunda. En términos de producción, se reportó una caída del 6,5% en relación a 2023, mientras que el consumo interno bajó un 9,1%.

El caso de la carne vacuna es aún más drástico. En 2024, el consumo per cápita alcanzó el segundo nivel más bajo desde que existen registros, solo superado por el de 1920. Desde 2011 hasta la actualidad, la tendencia se mantuvo en baja, con un desplome del 3,4% en comparación con 2023. Además, el consumo interno cayó un 8%, reflejando la imposibilidad de millones de familias de acceder a esta fuente de proteína fundamental.

Por otro lado, la yerba mate, infusión emblemática de los argentinos, también sufrió una baja significativa. El informe indica que el consumo en el mercado interno se redujo un 9,2% en relación a 2023, alcanzando su punto más bajo desde 2016. La producción disminuyó un 6,8%, mientras que las exportaciones aumentaron un 10,9%, lo que sugiere que una parte importante de la producción se destinó al exterior en un contexto de menor demanda interna.

Menos consumo, menos calidad de vida

La caída en el consumo de estos alimentos básicos es una de las postales más crudas del modelo económico actual. Aunque la inflación muestra signos de desaceleración, el costo ha sido el empobrecimiento de amplios sectores de la población. Con el salario real en retroceso y la economía en recesión, el ajuste impacta de lleno en la alimentación diaria de los argentinos.

El informe deja en evidencia que el consumo de alimentos esenciales está en un punto crítico. En un país productor de alimentos, que sus habitantes reduzcan drásticamente su acceso a leche, carne y yerba mate es una señal alarmante del deterioro socioeconómico en curso.