Crisis y transporte: el derrumbe del uso de colectivos en el AMBA
La cantidad de pasajeros que viajan en colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires cayó un 7% en 2024, marcando la mayor baja en más de una década, excluyendo la pandemia. La crisis económica y el ajuste explican el fenómeno.
La crisis económica y el ajuste implementado por el gobierno de Javier Milei impactaron de lleno en el uso del transporte público en el AMBA. Según datos de la Asociación Argentina de Empresas de Transporte Automotor (AAETA), en 2024 se registraron 2.747 millones de viajes en colectivos, un 7% menos que en 2023. Se trata de la caída más pronunciada en los últimos doce años, fuera del desplome causado por la pandemia en 2020.
Detrás de esta reducción en la cantidad de pasajeros se encuentran tres factores clave, según explican desde AAETA. En primer lugar, la caída de la actividad económica, especialmente en sectores como el comercio y la construcción, ha reducido la movilidad de los trabajadores. En segundo lugar, el aumento en el costo de los servicios públicos ha llevado a muchos usuarios a optar por alternativas como caminar o usar la bicicleta para ahorrar dinero. Finalmente, el deterioro en la calidad del servicio de transporte ha desincentivado a los pasajeros, que enfrentan largas esperas y unidades en peor estado.
El contexto tarifario también ha jugado un papel determinante en esta crisis. Durante el gobierno anterior, las empresas de colectivos cuestionaban el atraso en las tarifas. Sin embargo, con la llegada de Milei y el incremento del 600% en los boletos, los subsidios fueron reducidos en una proporción aún mayor, lo que impactó en la rentabilidad del sector. «Aún con la suba de tarifas, las empresas tienen menos plata», señaló Luciano Fusaro, presidente de AAETA.
Para encontrar un antecedente de semejante caída en el uso del transporte público hay que remontarse a 2020, cuando la pandemia provocó un derrumbe del 57% en los viajes. Sin embargo, las cifras muestran que la reducción en la cantidad de pasajeros ya se venía dando en distintos períodos de crisis. En 2014, bajo el kirchnerismo, hubo una baja del 3% en el uso del colectivo, mientras que en el macrismo, en los años 2018 y 2019, la reducción fue del 3% y el 6% respectivamente.
Más allá del contexto de crisis actual, la caída en el uso del transporte público en el AMBA es un problema estructural que se ha profundizado con el tiempo. Desde el pico de 3.439 millones de viajes en 2015, la cantidad de pasajeros se redujo en un 20%, reflejando el impacto de políticas económicas y tarifarias cambiantes. La situación del sector sigue siendo incierta, mientras los usuarios lidian con tarifas más altas y un servicio en deterioro.