Nissan suspende producción en Argentina y crece la incertidumbre en SMATA

Golpe a la industria automotriz: la empresa dejará de fabricar dos modelos y el sindicato teme por el futuro laboral de cientos de empleados.

El inicio de 2025 trajo una noticia preocupante para la industria automotriz argentina: Nissan anunció la suspensión de la producción de las pickups Frontier y Renault Alaskan en su planta de Santa Isabel, Córdoba. La medida genera inquietud en SMATA, el sindicato de mecánicos, que advierte sobre la posible pérdida de puestos de trabajo y la precarización laboral en el sector.

El ajuste en la línea de producción responde a una combinación de factores que incluyen la caída en las ventas, la falta de competitividad en las exportaciones y la creciente incertidumbre económica. Según fuentes del sector autopartista, la empresa ya impuso suspensiones y trabaja en turnos rotativos, con un esquema que prevé una semana de actividad por cada dos de inactividad durante febrero y marzo.

Crisis de exportaciones y presión gremial

El retroceso en las exportaciones de Nissan ha sido uno de los factores determinantes en la decisión de la automotriz. Fuentes internas, en estricto off the record, admiten que la caída en las ventas durante 2024 superó las previsiones más pesimistas y que el tipo de cambio no favorece la competitividad de los productos fabricados en Argentina. Ante este escenario, la empresa analiza aumentar las importaciones desde México, lo que podría significar un golpe definitivo a la producción local.

Mientras tanto, SMATA no se queda de brazos cruzados. El sindicato ya convocó a asambleas en la planta y amenaza con medidas de fuerza de largo alcance si la suspensión de la producción se convierte en una decisión definitiva. «No vamos a permitir que se pierdan fuentes de trabajo por una política que prioriza las importaciones sobre la industria nacional», advirtieron desde la organización gremial.

Salarios y contexto económico

En paralelo, SMATA logró cerrar acuerdos paritarios para dos de sus convenios colectivos, garantizando aumentos salariales para el primer trimestre de 2025. Según lo pactado con la Federación Argentina de Asociaciones de Talleres de Reparación de Automotores y Afines (FAATRA) y la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), el salario mínimo garantizado para un vendedor pasará a ser de 839.000 pesos.

El acuerdo también establece pagos no remunerativos que impactarán en el Sueldo Anual Complementario (SAC), vacaciones y horas extras. A partir de abril de 2025, estos montos se incorporarán a los salarios básicos. Así, un vendedor o promotor de ventas tendrá un ingreso mínimo de 839.000 pesos, con un adicional no remunerativo de 39.000 pesos, mientras que el personal administrativo percibirá hasta 1,3 millones de pesos con un extra de 62.000 pesos.

Un futuro incierto

El caso de Nissan pone en evidencia los problemas estructurales de la industria automotriz argentina, que se debate entre la falta de incentivos para la producción local y un contexto macroeconómico adverso. Con un mercado interno deprimido y exportaciones en retroceso, la presión sobre los trabajadores aumenta y las negociaciones gremiales se vuelven más tensas.

La decisión final de Nissan todavía no está escrita, pero la posibilidad de que la empresa reduzca su presencia en Argentina es un síntoma preocupante para el futuro de la industria y del empleo en el país. La pelea de SMATA por preservar los puestos de trabajo promete ser una de las batallas sindicales más importantes del año.