Cinco años del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa
El trágico asesinato de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, marcó un antes y un después en la sociedad argentina. A cinco años del hecho, su memoria sigue presente, mientras sus padres luchan por mantener vivo el reclamo de justicia.
Fernando, un joven estudiante de Derecho de tan solo 18 años, había salido esa noche con amigos al boliche Le Brique. Durante la velada, un altercado con un grupo de rugbiers de Zárate escaló hasta convertirse en una tragedia. Tras ser expulsados del local por el conflicto, Fernando fue brutalmente atacado en las afueras del establecimiento. Mientras algunos de los agresores lo golpeaban con piñas y patadas, otros formaban un cerco para evitar que sus amigos lo auxiliaran.
La ferocidad del ataque quedó registrada en mensajes escalofriantes. Uno de los agresores, tras dejarlo inconsciente, envió un mensaje al grupo de WhatsApp que compartía con sus compañeros: “Caducó”. Fernando no sobrevivió a las heridas y su muerte conmocionó al país entero.
El juicio por el caso concluyó con condenas severas. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores sentenció a prisión perpetua a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi, considerados coautores del “homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado por dos o más personas y por alevosía”. Por su parte, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi fueron condenados a 15 años de prisión como partícipes secundarios.
En este aniversario, los padres de Fernando, Graciela y Silvino, han convocado a una misa en su memoria. La ceremonia tendrá lugar a las 19:30 en la parroquia Santísimo Redentor, ubicada en la calle Larrea 1252 del barrio porteño de Recoleta. A través de las redes sociales, Graciela compartió una emotiva imagen de su hijo junto a un mensaje que invita a la comunidad a acompañarlos en este día tan doloroso.
El caso de Fernando Báez Sosa no solo puso en el centro del debate la violencia en los ámbitos juveniles, sino también la necesidad de reflexionar sobre el rol de la sociedad en la formación de valores. Cinco años después, su legado sigue siendo un llamado a la paz, la justicia y el respeto por la vida humana.