La pobreza golpea a jubilados y trabajadores formales: una crisis en ascenso
Al cierre del primer semestre de 2024, uno de cada tres jubilados argentinos es pobre. Al mismo tiempo, un 27,8% de los trabajadores registrados no logra cubrir sus necesidades básicas, afectado por la caída sostenida de los salarios.
Un informe titulado “Perfiles de la pobreza. Propuestas para su abordaje en la Argentina reciente”, realizado por especialistas en Sociología, revela una situación alarmante: el 30,8% de los jubilados argentinos no pudo satisfacer sus necesidades básicas durante el primer semestre del año, ubicándose por debajo de la línea de pobreza. Este salto representa un aumento interanual considerable, ya que a mediados de 2023 solo el 13,2% de los adultos mayores estaba en esta situación.
El informe, elaborado por Eduardo Chávez Molina, José Rodríguez de la Fuente y Mariana Sosa, alerta sobre el incremento de la pobreza entre sectores que históricamente habían contado con algún grado de protección. “Este dato muestra que uno de cada tres jubilados vive en condiciones de pobreza y que en el último año más de medio millón de jubilados (542.000 personas) se sumaron a esta situación”, destacan los especialistas.
La situación no afecta únicamente a los adultos mayores. Otro dato preocupante del estudio es el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores registrados. En el primer semestre de 2024, el 64,3% de los asalariados informales se encontraban bajo la línea de pobreza, pero también el 27,8% de los formales, cifra que se duplicó en comparación con el 16,4% del mismo periodo de 2023.
El informe detalla que “en el último semestre, los asalariados formales pobres crecieron un 50% (740.000 personas), mientras que los informales pobres aumentaron un 27% (513.000 personas)”. Este deterioro se atribuye a la pérdida continua del poder adquisitivo, agravada por la inflación y la falta de medidas efectivas para proteger los salarios.
Además, la segmentación según horas trabajadas revela un fenómeno generalizado: la pobreza entre los trabajadores subocupados aumentó del 40,9% en 2016 al 67,1% en 2024. Entre los ocupados plenamente, pasó del 17,4% al 37,9%, mientras que en los sobreocupados creció del 20,2% al 44,4% en el mismo periodo.
La situación de los jubilados, por su parte, alcanza mínimos históricos. Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), la jubilación mínima en diciembre de 2023 fue de $244.084. Aunque con un bono de $70.000 subió a $326.651, los haberes continúan por debajo del promedio del año anterior. “Entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, los haberes jubilatorios alcanzaron un mínimo comparable a los niveles de 2022, con una leve recuperación hasta junio que luego se estancó”, explicó el organismo.
En este contexto, la pobreza avanza sin distinción entre sectores que otrora gozaban de estabilidad. Jubilados y trabajadores formales, quienes deberían contar con protección social y económica, hoy están entre los principales perjudicados. La falta de respuestas estructurales profundiza un escenario que golpea especialmente a los sectores más vulnerables y evidencia un deterioro creciente del tejido social argentino.