La industria textil en crisis: ventas y producción en caída libre
Un informe del sector textil confirma una contracción interanual del 19% en producción y ventas. La pérdida de empleo, el cierre de empresas y la falta de inversión amenazan con profundizar una crisis que afecta a toda la cadena de valor.
La industria textil enfrenta uno de sus peores momentos en años. Según datos de la Fundación Pro Tejer, el sector acumula nueve meses consecutivos de contracción, con una caída interanual del 19% en producción y ventas. La crisis, que afecta desde la fabricación de hilados hasta la comercialización de bienes finales, pone en riesgo cientos de empleos y la continuidad de varias empresas.
En el tercer trimestre de 2024, siete de cada diez empresas textiles reportaron una baja en ventas y producción. El uso de la capacidad instalada se redujo en el 64% de los casos relevados, marcando una caída promedio de doce puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo del año pasado. Los principales factores de esta crisis son la pérdida del poder adquisitivo, la creciente participación de bienes importados y la incertidumbre económica.
Además, el informe señala problemas adicionales como el aumento de costos en materias primas, la apreciación del tipo de cambio y cambios en las políticas sectoriales que desfavorecen a la industria. Esta combinación de factores ha llevado a que el 59% de las empresas tomen medidas que impactaron negativamente en el empleo, como despidos, suspensiones y no renovación de contratos.
La situación laboral refleja un panorama alarmante: el 43% de las empresas redujo su plantilla entre diciembre de 2023 y septiembre de 2024, mientras que sólo un 8% reportó un aumento en los puestos de trabajo. Comparado con el inicio del año, este retroceso en el empleo es un claro indicador de la gravedad de la crisis.
En términos de inversión, el sector atraviesa una parálisis preocupante. Siete de cada diez empresas no realizaron inversiones durante 2024, e incluso algunas cancelaron proyectos previamente planificados. Esta falta de reinversión no solo limita la recuperación del sector, sino que también compromete su competitividad a largo plazo.
El panorama en exportaciones tampoco es alentador. Sólo el 19% de las empresas logró exportar en los primeros nueve meses del año, enfrentando dificultades como el tipo de cambio desfavorable, la presión tributaria, la volatilidad económica y trabas burocráticas.
Finalmente, la crisis también golpea la cadena de pagos: un 28% de las empresas encuestadas reconoció problemas para cumplir con obligaciones básicas como impuestos, salarios y tarifas. Esta situación evidencia la fragilidad financiera de muchas firmas del sector.
La contracción industrial, reflejada en el Índice de Producción Industrial del INDEC, afecta no solo al rubro textil, sino a toda la actividad manufacturera. Sin un cambio en las políticas económicas y un impulso decidido al consumo, las perspectivas para la industria textil en 2024 continúan siendo sombrías.