Familias argentinas al borde del abismo económico
Más de un millón de pesos para no ser pobre y casi medio millón para no caer en la indigencia en noviembre de 2024
En un escenario marcado por la inflación persistente y el aumento de los costos básicos, las familias argentinas enfrentan enormes desafíos económicos. Según los datos del Indec, en noviembre una familia tipo necesitó $1.001.466 para no ser considerada pobre, mientras que para evitar la indigencia el ingreso mínimo fue de $439.240.
La canasta básica total (CBT), que mide los gastos necesarios para cubrir alimentación, transporte, vestimenta y servicios esenciales, tuvo un aumento del 1,5% en noviembre, alcanzando un incremento interanual del 156,5%. Por su parte, la canasta básica alimentaria (CBA), que mide exclusivamente los alimentos esenciales, subió un 1,1% en el mes y acumuló un alza interanual del 137,4%.
Aunque la inflación mensual mostró una leve desaceleración al ubicarse en 2,4% en noviembre frente al 3% del mes anterior, las cifras anuales siguen siendo alarmantes. La inflación acumulada en 2024 alcanzó el 112%, un reflejo del impacto continuo en los bolsillos de los argentinos.
Los servicios públicos y su impacto en los costos básicos
Uno de los factores que contribuyó al aumento de la CBT fue el incremento en las tarifas de servicios públicos, especialmente electricidad, gas y agua. Este rubro registró un alza del 4,5%, según el informe del Indec, lo que también afectó el costo de la vivienda. Asimismo, el sector educativo experimentó el mayor aumento mensual, con un 5,1%, poniendo presión adicional sobre las familias.
La realidad para las familias de menores ingresos es aún más cruda. Para no caer en la indigencia, una familia tipo necesitó $439.240 en noviembre, una cifra que evidencia la vulnerabilidad de una parte importante de la población. Este límite refleja exclusivamente los gastos en alimentos esenciales, dejando fuera otros costos básicos que muchas familias no pueden afrontar.
Desigualdad y el desafío de llegar a fin de mes
La creciente brecha entre los ingresos y los costos básicos genera desigualdades económicas que afectan directamente la calidad de vida de los argentinos. Mientras algunos hogares logran mantenerse apenas por encima de la línea de pobreza, otros se enfrentan a la indigencia, sin poder cubrir sus necesidades más elementales.
Esta situación pone de manifiesto la urgencia de políticas públicas que aborden la inflación y el acceso a servicios esenciales. Sin medidas efectivas, muchas familias seguirán enfrentando el abismo económico que separa la clase media de la pobreza y la indigencia.
En un contexto donde el millón de pesos es insuficiente para mantener un hogar fuera de la pobreza, el futuro económico de los argentinos exige atención prioritaria y soluciones estructurales para garantizar un mínimo de bienestar.