Los salarios en caída: una crisis que recuerda a 2001
La pérdida salarial en 2024 se convierte en una de las más profundas desde la crisis de 2001, con una disminución del 28% acumulada.
En octubre de 2024, el salario mínimo registró una nueva caída del 1,3%, lo que eleva la pérdida acumulada al 28% en lo que va del año, según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA. Este retroceso, el más pronunciado en más de dos décadas, refleja una crisis que golpea el poder adquisitivo de los trabajadores argentinos.
Desde diciembre de 2023, la combinación de alta inflación, devaluaciones y aumento de tarifas energéticas ha debilitado profundamente los ingresos de los asalariados. A fines de 2023, el índice inflacionario alcanzó un pico del 25,5%, impulsado por una fuerte devaluación, marcando el inicio de esta crisis. A partir de entonces, las pérdidas salariales se han intensificado.
Factores detrás del deterioro
El informe del IIEP destaca que el aumento de tarifas y la inflación han sido los principales responsables de esta erosión salarial. Desde diciembre de 2023, cuando se registró una pérdida inicial del 15%, los trabajadores han enfrentado constantes reducciones en su poder adquisitivo. Durante enero de 2024, la caída se profundizó con un 17% adicional.
Si bien se observaron leves mejoras en meses como julio, con un repunte del 4,3%, el panorama general ha sido negativo. En los últimos tres meses, agosto, septiembre y octubre, los ingresos continuaron deteriorándose, con caídas del salario mínimo que afectaron tanto a trabajadores formales como al promedio general de ingresos en el país.
Impacto en los salarios promedio
Además de la pérdida en el salario mínimo, los trabajadores formales del sector privado también han experimentado retrocesos significativos. Según datos del SIPA, el salario promedio ha disminuido un 60% en comparación con su valor máximo de septiembre de 2011. Entre agosto y octubre de 2024, las caídas mensuales han sido consistentes, proyectándose una reducción adicional del 3% para noviembre.
Una crisis de poder adquisitivo
La caída acumulada del 28% en los salarios mínimos refleja una crisis de larga duración que afecta no solo a los ingresos, sino también al consumo interno, pilar de la economía nacional. Los trabajadores enfrentan un escenario donde los ingresos no logran mantener el ritmo de la inflación ni compensar los ajustes en los servicios básicos, profundizando las dificultades económicas de millones de familias.
Con un panorama sombrío, este deterioro resalta la urgencia de políticas que estabilicen los ingresos y frenen la caída del poder adquisitivo en un contexto económico extremadamente adverso.