El consumo de carne vacuna toca un mínimo histórico en Argentina
El consumo interno de carne vacuna en Argentina cayó al nivel más bajo en 28 años, con un promedio anual de 47,2 kilos por habitante, según datos de octubre de 2024. La cifra representa una caída del 11,2% en comparación con el mismo período de 2023.
El informe más reciente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) refleja un contraste significativo en el sector: mientras la faena vacuna alcanzó su mayor nivel desde mediados de 2023, con 1,27 millones de cabezas faenadas, la demanda interna continúa en declive. Este retroceso se atribuye al impacto de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo, factores que limitan el acceso de los argentinos a su tradicional fuente de proteína.
Sin embargo, las exportaciones de carne vacuna han contrarrestado parcialmente este panorama, registrando un récord histórico de 784 mil toneladas res con hueso exportadas entre enero y octubre de 2024. Este incremento del 12% respecto al año anterior muestra la creciente demanda externa, liderada por China, que absorbió el 68,4% de las ventas. A pesar de esta supremacía, mercados como Israel y Estados Unidos han incrementado sus compras, con aumentos del 10,1% y 40,9%, respectivamente.
En el ámbito local, la producción total de carne en octubre fue de 290 mil toneladas, aunque el peso promedio de los animales disminuyó un 1,1%, situándose en 228 kilos. Según CICCRA, esto refleja el mayor uso de animales jóvenes para mantener la oferta ante la caída del stock ganadero. Por su parte, los precios de los cortes vacunos mostraron incrementos moderados, liderados por el asado con un alza del 2,9%, mientras que productos como el cuadril y la carne picada común registraron leves bajas.
“La desaceleración de la inflación general, que en octubre alcanzó un 2,8%, ha permitido cierta estabilidad en los precios, pero la recuperación del consumo interno sigue siendo un desafío”, señaló Miguel Schiariti, presidente de CICCRA. También destacó la necesidad de políticas que incentiven la producción y refuercen el poder adquisitivo de los consumidores argentinos.
Con un mercado externo pujante y un consumo interno en crisis, el sector frigorífico enfrenta un reto clave para 2025: consolidar la recuperación productiva y revertir la tendencia a la baja en el consumo local. En este contexto, el equilibrio entre exportaciones y la revitalización del mercado interno será fundamental para garantizar la sostenibilidad de la industria cárnica argentina.