La Tierra: ¿una bola de nieve en el pasado y futuro?
Un estudio reciente confirma que hace 700 millones de años, nuestro planeta estuvo cubierto por un espeso hielo, incluso en el ecuador. ¿Podría repetirse este fenómeno en el futuro?
La historia de la Tierra es un testimonio de resiliencia biológica. Durante millones de años, nuestro planeta ha enfrentado cataclismos como impactos de meteoritos, erupciones volcánicas y extinciones masivas. Entre estos eventos destaca la hipótesis de la “Tierra Bola de Nieve,” un período de temperaturas extremas entre -50 °C y -60 °C, que tuvo lugar hace entre 720 y 635 millones de años.
Nueva evidencia geológica hallada en las areniscas Tava, en las Montañas Rocosas de Colorado, respalda la teoría de que este fenómeno fue global. El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), encontró características geológicas denominadas «inyectitas,» formadas bajo capas de hielo similares a las de la actual Antártida. Esto confirma que la Tierra Bola de Nieve alcanzó los continentes ecuatoriales de la época, como el supercontinente Laurentia, del cual Colorado formaba parte.
Los investigadores utilizaron espectrometría de masas por ablación láser para fechar este evento. Analizando muestras minerales ricas en óxido de hierro, determinaron que las rocas de Tava estuvieron enterradas bajo capas de hielo entre 690 y 660 millones de años atrás, en pleno auge de la Tierra Bola de Nieve.
Este período helado marcó una transición climática y biológica clave. Tras el descongelamiento de la Tierra, surgieron los primeros organismos multicelulares, los antecesores de animales y plantas actuales. “El clima evolucionó y la vida evolucionó con él. Para entender nuestro planeta y nuestra propia evolución, necesitamos caracterizar mejor esta etapa”, señaló Liam Courtney-Davies, líder del estudio.
¿Podría repetirse este fenómeno? Según los científicos, la distribución actual de los continentes hace improbable que ocurra. En el pasado, las masas terrestres estaban concentradas en latitudes tropicales, permitiendo la formación de casquetes polares que reflejaban la radiación solar y favorecían el enfriamiento global. Sin una redistribución significativa de los continentes, un evento similar parece remoto.
Sin embargo, la investigación de estos episodios climáticos extremos nos ofrece claves para comprender las complejas interacciones entre el clima y la vida. Aunque una Tierra Bola de Nieve es improbable hoy, el estudio de su pasado puede ayudarnos a enfrentar los desafíos climáticos del futuro.