Aumento de tarifas: la clase media en alerta ante el impacto en sus ingresos
Un informe sobre el alza de tarifas de servicios públicos revela que cada vez más hogares deben destinar gran parte de sus ingresos a cubrir estos costos, llevando a muchos al límite de la "pobreza energética".
La reciente suba en las tarifas de servicios públicos, como la electricidad y el gas, afecta de manera significativa a la clase media argentina, generando un deterioro del poder adquisitivo y una sensación de precariedad económica en sectores antes relativamente estables. Según un informe realizado por el Foro Multisectorial contra los Tarifazos y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), las familias en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) experimentan un aumento inédito en el gasto destinado a servicios básicos, lo que las acerca peligrosamente a la denominada «pobreza energética».
El concepto de «pobreza energética» se aplica a quienes deben dedicar más del 10% de sus ingresos al pago de tarifas de servicios esenciales. Este fenómeno, aunque históricamente relacionado con sectores de menores ingresos, ahora afecta también a familias de clase media que enfrentan alzas desmedidas en los costos de luz, gas y transporte. De acuerdo con el informe, los aumentos en electricidad y gas, que alcanzaron el 357,9% entre noviembre de 2023 y agosto de 2024, contrastan fuertemente con el incremento salarial, que promedió solo un 146,9% en el mismo período.
El impacto de estos aumentos repercute en el estilo de vida y en las decisiones de consumo de los hogares de clase media, que deben reducir gastos en entretenimiento, salidas y otras actividades no esenciales para poder cubrir las tarifas. Hernán Herrera, miembro de FLACSO y uno de los autores del estudio, señala que los sectores con ingresos medios que reciben subsidios parciales (N3) experimentaron incrementos en la tarifa de electricidad de hasta un 758,6% desde noviembre de 2023. «Esto reduce drásticamente el ingreso disponible para otras necesidades, afectando la calidad de vida», afirma Herrera.
Para los sectores de bajos ingresos, el alza del gas ha sido de un 225,9%, mientras que en el sector medio, el aumento alcanzó el 198,8%. Según el informe, esto ha provocado un efecto dominó que reduce el consumo general y afecta las ventas, el empleo y los ingresos. En noviembre de 2023, las familias destinaban un promedio de 6,5% de sus ingresos al pago de servicios, cifra que en octubre de 2024 se disparó al 12,5%.
Los especialistas advierten que la escalada tarifaria agrava las desigualdades económicas, afectando principalmente a los sectores medios y bajos y generando una preocupación creciente entre las familias. La situación, según Herrera, es insostenible en un país productor de energía, donde paradójicamente los costos de los servicios básicos para los consumidores no cesan de crecer. Esta realidad lleva a muchas familias a endeudarse para cubrir sus gastos corrientes, generando un ciclo de endeudamiento y vulnerabilidad. La alerta sobre la “pobreza energética” evidencia la necesidad de una política tarifaria más equitativa, que permita aliviar la carga en los hogares de clase media y baja y preservar su calidad de vida.