El estrés materno: un asunto silencioso que merece atención

A pesar de la alegría que puede traer la maternidad, un nuevo estudio revela que el estrés materno es una realidad alarmante que afecta la salud y el desarrollo de los hijos.

La maternidad, a menudo celebrada como una etapa de felicidad y plenitud, puede convertirse en un terreno fértil para la presión y el estrés. Un reciente estudio del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral destaca la grave situación de las madres en sectores vulnerables, donde el 90% reporta altos niveles de estrés. Este problema no solo compromete su bienestar, sino que también tiene un impacto directo en la crianza de sus hijos.

La investigación revela que el estrés materno se intensifica en contextos de dificultad económica y con redes de apoyo limitadas. Muchas madres, tanto jóvenes como mayores, se enfrentan a un agotamiento emocional que a menudo se traduce en ansiedad y depresión. Esta carga afecta su capacidad para criar a sus hijos en un ambiente saludable y equilibrado.

Un hallazgo preocupante del estudio es el vínculo entre el estrés y los métodos disciplinarios utilizados por las madres. Se ha observado que aquellas que experimentan altos niveles de estrés son más propensas a aplicar castigos físicos. En el informe, se indica que el 24,7% de las madres en sectores vulnerables recurre a la disciplina severa, en comparación con solo el 1,2% en sectores no vulnerables. Esta disparidad subraya la necesidad urgente de abordar el estrés materno para proteger tanto la salud de las madres como el desarrollo emocional y cognitivo de sus hijos.

Expertos en salud mental, como la doctora Laura Pujadas, enfatizan la importancia del autocuidado para las madres. Fortalecer las redes de apoyo, garantizar un descanso adecuado y mantener una rutina de ejercicio son esenciales para reducir el estrés. También se recomienda buscar apoyo psicológico y practicar mindfulness, dos estrategias que han demostrado eficacia en mejorar la salud mental y el bienestar general.

En este contexto, es fundamental que la sociedad reconozca y visibilice el estrés materno. Al hacerlo, no solo se apoya a las madres en su camino hacia el autocuidado, sino que también se asegura un entorno más saludable para sus hijos. En última instancia, el bienestar de las madres es una inversión en el futuro de las familias y de la sociedad.