Reducción histórica en inversión educativa de Argentina en 2024: la mayor caída en más de tres décadas
El recorte del 40% en la inversión educativa para 2024 marca el descenso más agudo desde 1992. La medida ha generado protestas y paros en las universidades, en medio de un conflicto salarial docente y un creciente malestar social.
En 2024, la inversión nacional en educación experimentó un recorte del 40% en comparación con el año anterior, lo que representa la mayor disminución registrada desde la década del 90. Este ajuste ha encendido el descontento de la comunidad educativa y ha desencadenado protestas y paros universitarios en todo el país, en especial tras el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Educativo.
El informe del Observatorio de Argentinos por la Educación destaca que el presupuesto destinado a la función “Educación y Cultura” dentro del ámbito nacional disminuyó un 40,2% en términos reales para 2024. La situación es aún más crítica si se observan los fondos específicos de la Secretaría de Educación de la Nación, los cuales sufrieron un recorte del 43%. Esta baja contrasta con el discurso oficial que, en un principio, prometía priorizar la educación como herramienta clave para el desarrollo.
En medio de un severo ajuste fiscal, el Presupuesto 2025 presentado por la administración de Javier Milei sigue en línea con su política de «déficit cero». Se proyecta que la inversión educativa representará apenas el 0,88% del PBI, por debajo del 0,91% destinado en 2024. Este recorte no solo afecta a la educación superior, sino que golpea especialmente a la educación básica, con reducciones drásticas en programas esenciales para el sistema educativo público.
El programa Conectar Igualdad, por ejemplo, sufrió una caída del 71% en su presupuesto, mientras que los fondos para infraestructura y equipamiento escolar descendieron un 64%. La formación docente también se vio afectada con un recorte del 57%, lo que amenaza la calidad educativa. Otros sectores como las becas para estudiantes, la formación tecnológica y el fortalecimiento de jardines de infantes experimentaron reducciones similares, con cifras que oscilan entre el 54% y el 57%.
Una de las decisiones más criticadas ha sido la eliminación, en enero de este año, del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), que representaba un apoyo directo a los salarios de los maestros. El recorte en este programa alcanzó el 93%, agravando el ya conflictivo panorama salarial docente, que ha derivado en huelgas y movilizaciones a lo largo del país.
La comparación histórica revela que este ajuste no tiene precedentes en la historia democrática reciente. Ni siquiera durante las crisis económicas más severas, como la de 1989 o la de 2002, los recortes en educación alcanzaron tal magnitud. En 1989, la reducción fue del 24%, y en 2002, del 15%.