Precariedad laboral juvenil: seis de cada diez jóvenes no tienen empleo formal
A pesar de una leve mejora en la tasa de informalidad, el empleo juvenil en Argentina continúa siendo altamente precario. Seis de cada diez jóvenes trabajadores no están registrados en la seguridad social, lo que refleja una situación de inestabilidad que persiste en el país.
Un informe reciente del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas revela que, en el primer trimestre de 2024, el 58% de los trabajadores menores de 30 años carece de acceso a derechos laborales básicos. Este alarmante nivel de informalidad afecta gravemente la calidad del empleo y las oportunidades de desarrollo profesional para los jóvenes, que representan uno de los grupos más vulnerables del mercado laboral.
Informalidad en Argentina: una leve mejora, pero insuficiente
El informe también revela que el 36,4% de los asalariados en Argentina trabaja en condiciones de informalidad. Aunque esto representa una leve disminución interanual del 0,4% en comparación con el mismo período del año anterior, la reducción no es lo suficientemente significativa como para revertir la alta tasa de empleo informal que afecta a millones de trabajadores.
A pesar de esta leve mejora, los niveles de informalidad siguen siendo similares a los registrados en 2008 y 2010, antes de la irrupción de la pandemia. Esta situación evidencia la dificultad que enfrenta el país para avanzar en la formalización del trabajo, especialmente entre los jóvenes y las mujeres.
Género y empleo: una brecha persistente
El estudio del IIEP también destaca las disparidades de género en el mercado laboral. En el primer trimestre de 2024, la tasa de informalidad entre las mujeres fue del 37,2%, tres puntos porcentuales más alta que la de los hombres, que se ubicó en 34,2%. A pesar de que los hombres representan el 54% del empleo asalariado total, las mujeres siguen enfrentando mayores obstáculos para acceder a trabajos formales, lo que incrementa su vulnerabilidad económica.
Diferencias en ingresos y pobreza
A esta situación se suma la disparidad salarial entre los trabajadores formales e informales. Según un informe de Fundar, los trabajadores formales ganan un 45,6% más que sus pares informales. Además, el 29,5% de los trabajadores formales vive en situación de pobreza, mientras que menos del 5% está en la indigencia. Estos datos evidencian que, aunque tener un empleo formal reduce el riesgo de pobreza, sigue siendo insuficiente para garantizar condiciones de vida dignas.
La precariedad laboral sigue siendo un desafío estructural en Argentina, particularmente para los jóvenes y las mujeres. A pesar de algunas mejoras en los indicadores de empleo, es necesario implementar políticas más efectivas para reducir la informalidad y mejorar las condiciones laborales en el país.