Inteligencia animal: ¿Son los perros realmente más inteligentes que los gatos?

Un análisis de estudios recientes sugiere que los perros podrían tener una ventaja en ciertas capacidades cognitivas, como la socialización y la imitación. Sin embargo, la independencia de los gatos también refleja un tipo de inteligencia única.

Un debate sin fin, pero con respuestas científicas

Durante siglos, la comparación entre perros y gatos ha generado intensos debates. Mientras que los amantes de los perros destacan la fidelidad y capacidad de aprendizaje de sus mascotas, los dueños de gatos argumentan que la independencia de sus compañeros felinos es una muestra de su astucia. Pero, ¿qué tiene que decir la ciencia al respecto?

Un estudio reciente, publicado en Scientific Reports, ha brindado algunas respuestas. Los investigadores evaluaron a perros, gatos y lobos en situaciones donde se les pedía imitar acciones humanas. Los resultados revelaron que los cachorros de perro eran mucho más propensos a imitar a sus dueños en comparación con los gatos y los lobos. Esta capacidad de aprendizaje y adaptación de los perros se debe, en gran parte, a su historia de domesticación, ya que fueron seleccionados para colaborar con los seres humanos, algo que no ocurrió con los gatos.

La socialización como factor clave

Además de la capacidad de imitación, otro aspecto en el que los perros destacan sobre los gatos es en su comportamiento social. Un estudio japonés de 2021 comparó las reacciones de perros y gatos cuando observaban a desconocidos interactuar con sus dueños. Los perros mostraron una clara tendencia a evitar a quienes no ayudaban a sus humanos, mientras que los gatos no parecieron mostrar ninguna preferencia. Esto refuerza la idea de que los perros tienen un vínculo más profundo con los humanos, al menos en lo que respecta a su percepción social.

¿Neuronalmente superiores?

Por otro lado, un descubrimiento liderado por la neurocientífica Suzana Herculano-Houzel reveló que los perros tienen aproximadamente el doble de neuronas en su corteza cerebral que los gatos. Este hallazgo sugiere que los perros poseen una mayor capacidad cognitiva en términos de procesamiento de información, lo que podría estar vinculado a su habilidad para resolver problemas y su sociabilidad. Sin embargo, es importante aclarar que tener más neuronas no necesariamente implica ser más inteligente en todos los aspectos, ya que la inteligencia es un concepto multifacético.

¿Independencia o dependencia?

La inteligencia felina radica en un aspecto diferente: su independencia. Los gatos han desarrollado un enfoque autónomo para interactuar con su entorno y no necesitan tanto de la interacción humana para sobrevivir o adaptarse. Este comportamiento, a menudo visto como indiferencia, en realidad es una muestra de que los felinos han evolucionado para coexistir con los humanos sin depender completamente de ellos.

Inteligencia diferente, pero no menor

Aunque los perros demuestran habilidades destacadas en imitación, socialización y aprendizaje debido a su historia evolutiva y cercanía con los humanos, la inteligencia de los gatos no debe subestimarse. Su independencia y capacidad de vivir de manera autónoma reflejan una inteligencia adaptativa. En definitiva, ambos animales tienen cualidades únicas que los hacen especiales para quienes los eligen como compañeros.