El consumo de carne en Argentina cae a mínimos históricos en medio de la crisis
La disminución del poder adquisitivo impacta fuertemente en el consumo de carne, alcanzando niveles sin precedentes en agosto.
La mesa argentina, históricamente ligada a la carne, enfrenta una profunda crisis. En agosto, el consumo de carne por habitante alcanzó mínimos históricos, según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra). Con una producción a la baja y una caída del 12,1% interanual, la depresión salarial golpea duramente a los sectores populares, haciendo del asado un lujo inalcanzable para muchos.
Durante los primeros ocho meses de 2024, el consumo de carne por habitante se desplomó a 46,9 kilos al año, según Ciccra, lo que marca una caída interanual de 6,5 kilos. A su vez, el promedio móvil de los últimos doce meses descendió a 48,1 kilos por habitante, 10,1% menos que en agosto de 2023.
En cuanto a la producción, en agosto se faenaron 1,19 millones de cabezas de hacienda vacuna, lo que representa una disminución del 5,4% respecto al mes anterior. A nivel anual, los primeros ocho meses de 2024 registraron un total de 9,013 millones de cabezas faenadas, un 8,6% menos que en el mismo período del año anterior.
La faena de hembras, que representa el 48% del total, también sufrió una baja del 8,2% en comparación con el año anterior. Dentro de este grupo, el 56,3% fueron vaquillonas, que mostraron una reducción del 6,8% interanual, mientras que el 43,7% fueron vacas, cuya faena cayó un 9,9%.
La producción total de carne vacuna alcanzó las 276 mil toneladas res con hueso (tn r/c/h) en agosto, lo que supone una caída mensual del 4,7%. En los primeros ocho meses del año, la producción acumulada fue de 2,056 millones de toneladas, un 7,8% menos que en igual período de 2023.
La profunda crisis económica que atraviesa Argentina sigue afectando el acceso de la población a productos básicos como la carne, un símbolo cultural y alimenticio del país. Con el consumo en declive y la producción en caída, el panorama para el sector cárnico se presenta desafiante, mientras millones de argentinos ven cómo su mesa se transforma ante la constante pérdida de poder adquisitivo.