Aumento de la pobreza y la indigencia en Argentina: una alarma social en ascenso

La pobreza y la indigencia en Argentina han alcanzado niveles alarmantes durante el primer trimestre del año, afectando a millones de personas en todo el país. La situación es especialmente crítica en regiones como el Gran Resistencia y el Conurbano Bonaerense, donde las tasas de pobreza superan el 60%.

Las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) han revelado un preocupante incremento en los niveles de pobreza e indigencia en Argentina durante el primer trimestre del año. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), la pobreza afecta al 54,9% de la población, mientras que la indigencia alcanza el 20,3%. Estos números reflejan un deterioro significativo en las condiciones de vida de millones de argentinos y plantean serios desafíos para el futuro del país.

El análisis de los datos por aglomerado urbano muestra una realidad aún más cruda en algunas regiones. Gran Resistencia, en la provincia de Chaco, es actualmente la zona más afectada por la pobreza, con una tasa del 79,5%. En esta misma región, el 38,6% de la población vive en la indigencia, lo que indica que sus ingresos no son suficientes para cubrir siquiera una Canasta Básica Alimentaria. Formosa y Santiago del Estero-La Banda siguen de cerca con cifras igualmente alarmantes: un 72% de pobreza en Formosa y un 30% de indigencia en Santiago del Estero-La Banda.

La situación en el Conurbano Bonaerense, donde se concentra una parte significativa de la población del país, también es motivo de preocupación. Según Agustín Salvia, director del ODSA, en esta región las tasas de pobreza e indigencia han alcanzado el 62% y 25% respectivamente, afectando tanto a trabajadores formales como informales.

La escalada de la pobreza no solo ha impactado a los sectores más vulnerables, sino que también ha golpeado fuertemente a los trabajadores. Más del 44% de los trabajadores argentinos residen en hogares pobres, una realidad que se ha visto agravada a pesar de las políticas sociales implementadas en los primeros meses del año, como la Asignación Universal por Hijo y las transferencias de la Tarjeta Alimentar.

El informe del ODSA también resalta un dato especialmente preocupante: la pobreza infantil ha alcanzado niveles casi récord. Siete de cada diez niños en Argentina viven en hogares pobres, y tres de cada diez lo hacen en condiciones de indigencia. Estos datos reflejan una crisis social que afecta de manera desproporcionada a los más jóvenes y vulnerables.

Las causas de este agravamiento son múltiples, pero desde el ODSA señalan como principales factores las devaluaciones que impactaron fuertemente en los precios sin que hubiera un ajuste correspondiente en los salarios. La situación empeoró notablemente desde diciembre de 2023, con una marcada caída en el consumo, una recesión más profunda y una disminución de la demanda de bienes y servicios que afectó especialmente a los trabajadores informales y autónomos.

La combinación de inflación, pérdida de poder adquisitivo y disminución de la actividad económica ha creado un entorno en el que incluso los asalariados formales y las clases medias